6 temas de conversación a evitar en la mesa
Hablar en la mesa es una forma de crear un ambiente relajado y distendido, a la vez que sirve para hacer más amena una comida -almuerzo, merienda, cena...-
¿De qué hablamos en la mesa?
Cuando un grupo de personas están reunidas en torno a una mesa, bien sea por motivos familiares o sociales, es una actividad habitual mantener una conversación con los compañeros de mesa, familiares o amigos. Salvo que sea un encuentro muy íntimo con personas de mucha confianza, incluso, siendo de mucha confianza hay temas de conversación que pueden acarrear algún "problema" cuando se "ponen sobre la mesa".
Temas de conversación que debemos evitar en la mesa
1. Los deportes y sus seguidores
El fútbol se lleva la palma, aunque no es el único deporte. Cualquier disciplina en la que entra tanto el corazón como el sentimiento deportivo -lo que los aficionados llaman "vivir los colores"-, es peligrosa, porque hablamos más con el corazón que con la cabeza. El corazón puede hablar pero acompañado de la razón.
2. La religión y las creencias
Es un tema bastante difícil de tratar sin entrar en consideraciones y opiniones muy personales que pueden llegar a molestar o crear cierta polémica. Mejor lo dejamos a un lado. O si hablamos de este tema, con muy respeto y comprensión.
3. La política y las ideologías
Es un caso similar al de los temas deportivos. Cada persona puede ser de un "equipo" al que defiende a capa y espada. Los buenos siempre son los del equipo de uno; los malos son los del otro equipo. No es una cuestión de buenos o malos, pero las conversaciones suelen acabar con algo parecido a "vosotros sois mucho peores" o "y tú más".
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4. Cuestiones médicas, percances y desgracias
Relatar las enfermedades de una persona, sus operaciones, sus tratamientos... no es un "plato" de gusto para hablar de ello en la mesa -bueno, ni en casi ningún otro lugar-. Dejemos el relato de nuestros achaques para el médico. Por la misma razón, contar los accidentes, calamidades y desgracias propias o ajenas no es un "plato de buen gusto para servir en la mesa". Mejor estos temas los guardamos para momento más oportuno e íntimo.
5. El aspecto de otras personas: críticas, prejuicios, etcétera
Ponerse a criticar, no comentar, los detalles sobre el peso, la forma de vestir, el tipo de peinado, o los defectos físicos de otras personas es un tema a evitar en cualquier tipo de reunión. Es molesto para muchas personas que incluso pueden tener una relación familiar o de amistad con esa persona. No hay que ser criticones con las personas, y menos si están ausentes, pues no se pueden defender. Antes de hablar tenemos que pensar si diríamos lo mismo de una persona si la tuviéramos delante de nosotros.
6. Presumir de cultura, posición social o estatus económico
Hablar de lo que uno tiene, de lo que uno gana, de lo que uno gasta, de los títulos que tiene... es una forma muy zafia de darse importancia. La verdadera importancia de una persona se la debe dar su forma de ser, sus valores y su forma de actuar, no el patrimonio que tiene. La posición social no es indicativo, en muchas ocasiones, de la buena educación de una persona.
7. El dinero y el valor de la cosas
Las cuestiones financieras mejor dejarlas para el asesor fiscal o para el director del banco. Tanto si nuestra situación es boyante como si es precaria, no debemos hablar de temas monetarios. Si necesitamos algo -un consejo, pedir dinero, etc.- en privado.
Al final hemos llegado a siete sugerencias añadiendo el tema del dinero que siempre es poco elegante tratarlo en la mesa o fuera del ámbito profesional o de los negocios.
Resumiendo, aunque la teoría dice una cosa, la práctica puede llevarnos a una realidad bien distinta. Los temas que se indican como 'prohibidos' o poco recomendables, son en bastantes casos los temas de los que acabamos hablando en todo tipo de tertulias y sobremesas. Si ese es el caso, lo que si debemos es ser prudentes con las opiniones y los comentarios.