Cartas consolatorias o de pésame.
Cumplir con el compromiso social de expresar las condolencas por el fallecimiento de un amigo o familiar.
Cartas consolatorias o de pésame.
Esta especie de cartas que también se llaman de pésames, no deben escribirse por mero cumplimiento. Su objeto ha de ser mitigar todo lo posible la pena y el sentimiento que se supone habrá causado la pérdida, o el fallecimiento de alguna persona allegada, o pariente de aquella a quien se escribe. Así, es preciso valerse de todas aquellas reflexiones propias para el efecto; y una de las más comunes o usadas, y aun de ceremonia precisa, es decir, que se toma parte en su pena. Empero, no basta decirlo; es necesario vestir estos dichos con unos adornos, que persuadan al paciente que son ciertos.
Para conseguir esto, uno de los medios más eficaces será colocarse uno mismo en lugar del dolorido, y se hallará poseído fácilmente de su mismo sentimiento en un grado más o menos intenso; y hallándose poseído de esta pasión le será más fácil expresaria. Ni eso es tan difícil como parece; porque la simpatía de nuestra naturaleza nos acerca a experimentar sensaciones semejantes a las que vemos en los otros.
Tampoco están ceñidas estas cartas únicamente a dar pésames por muertes; se extiendense también a consolar personas afligidas por cualquier género de desgracias. Para todo podrán sacarse reflexiones muy obvias de los modelos que damos en la sección cartas de época .