El luto en sociedad. Parte segunda.
Las visitas de pésame se hacen en los primeros meses que siguen a la desgracia, y mejor todavía en la primera quincena.
El luto y las visitas.
Una señora elegante suprimirá las libreas de los criados mientras dure el luto, adoptando para ellos trajes negros.
Los niños de menos de cuatro años no llevan más luto que el de sus padres, blanco y negro o blanco y gris. De doce años en adelante lo llevan en la misma forma por todas las personas de la familia.
Durante la primera mitad de un luto se les priva de toda distracción, hasta de los paseos públicos en donde se den conciertos, pero pueden continuar sus estudios musicales. Durante la segunda mitad del luto se permiten los teatros serios en días que no sean de moda.
Las visitas de pésame se hacen en los primeros meses que siguen a la desgracia, y mejor todavía en la primera quincena.
La persona afligida por una pérdida no puede recibir.
Las cartas de pésame se contestan a las seis semanas, y ya desde esa época pueden devolverse visitas, pero no se cae en falta dejando transcurrir sin hacerlas todo el período del luto riguroso.
Transcurrido este período, se está facultado a aceptar invitaciones para comer en casa de los amigos y hasta para reuniones musicales, a condición de que no tengan carácter de gran recepción.
Se podrá también mostrar al público de visita en casa de los amigos, en recepciones académicas y conferencias. Del mismo modo se está autorizado a ofrecer comidas íntimas.
"Se participa con esquelas la muerte a los amigos, pero los actos de devoción deben ser privativos de la familia"
En las provincias existe la costumbre de rezar el rosario nueve noches en la casa del difunto; esto obliga a la familia a estar en contacto con el mundo en los momentos de más dolor, y es una costumbre que no se aceptar entre gentes distinguidas. Se participa con esquelas la muerte a los amigos, pero los actos de devoción deben ser privativos de la familia. Suelen muchos tener la costumbre de enviar todos los años tarjetas ilustradas y máximas que recuerdan la triste fecha a las personas de su aprecio.
Los viudos que se casan harán bien en suprimir desde ese día el luto y toda manifestación de duelo.
En España las mujeres no acompañan los entierros. Éstos deben ser presididos por los parientes más cercanos y las personas más respetables. Sin embargo, si el dolor impidiera a la familia cumplir tan triste deber, la reemplazará otro pariente o un amigo íntimo.
Todos los amigos de la familia están obligados a ir a la casa mortuoria y acompañar el cadáver a la última morada. Los amigos íntimos deben acompañar a las señoras en esos tristes momentos, pero no es obligatorio.
Los hombres pueden llevar el luto solo con ponerse una gasa en el sombrero y otra a guisa de brazalete en la mitad superior del brazo izquierdo. Ya muchas mujeres a las cuales la posición social no les permite otra cosa, siguen el mismo uso. Han de abstenerse de joyas, cadenas de oro, botones de metal y vestidos o corbatas de colores vivos.
Los militares y todas las personas que hayan de vestir uniforme no pueden llevar más luto que la banda de crespón en el brazo izquierdo.
- El luto en sociedad. Parte primera.
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