La correspondencia. Reglas de urbanidad.
Antes de cerrar una carta, debe leerse para corregir las faltas que inconscientemente hayamos cometido.
La correspondencia.
La carta no es más que una conversación por escrito, un auxiliar de la conversación que salva las distancias. Nadie hay que no reciba carta. ¡Cuántos apuros cuestan las cartas! De ahí la necesidad de conocer ciertas reglas del arte epistolar.
" Las palabras las lleva el viento, lo escrito se lee ", aforismo que prueba el gran interés que tiene el saber escribir, entre otras cosas, las cartas.
Tres clases hay de cartas: de negocios, de cortesía y familiares.
Las cartas de negocios, como indica su nombre, son las que buscan un resultado positivo. Tratan de asuntos por razón del cargo, o hacen alguna consulta, etc., etc.
Cartas de cortesía son las que se escriben por urbanidad, contestando a quien nos ha escrito, dando las gracias por algún favor, felicitando las Pascuas, etc.
"Hay que escribir con sencillez y naturalidad, no perdiendo de vista la clase de persona a quien se escribe"
Cartas familiares son las escritas entre parientes y amigos, teniendo por objeto la mutua expresión de afectos. Para que resulten bien las cartas, y no nos puedan causar dolor de cabeza, hagamos esta pregunta: ¿Si fuese abierta, la escribiría? Una carta está expuesta a perderse, y a no llegar a manos del destinatario; aun llegando, puede ser leída por tercera persona. Antes de cerrarla, debe leerse para corregir las faltas que inconscientemente hayamos cometido. Alguno, exagerando la nota, dice: "Las cartas deben dormirse".
Hay que escribir con sencillez y naturalidad, no perdiendo de vista la clase de persona a quien se escribe, y el asunto más o menos serio de la carta. Sería ridículo escribir a un superior como a un amigo de la infancia o a los padres. Los saludos que se suelen encargar hacer al final de la carta, suponen intimidad; por eso no se usa en las de negocio. Cuando nuestros familiares conocen a quien escribimos, podemos decir: me encargan mis familiares (madre, hermano, etc.) haga llegar a V.E., a V.S., etc., su respetable saludo, sus homenajes, sus expresiones, su cariño, su felicitación, etc. No se puede encargar a un superior salude a un inferior, pero sí puede hacerse si se honra a él con el saludo.
Escribiendo a un Marqués, podemos decir: Rogamos al señor Marqués, se sirva ofrecer mis respetos a sus padres. Si tiene título, se nombra por el título. Jamás se pondrá post-data, a no ser algún pormenor que no hubiese caído bien en su lugar.