Obligaciones del hombre. Obligaciones respecto de nosotros mismos.
La obligaciones que todo hombre de bien tiene para consigo mismo.
Obligaciones respecto de nosotros mismos.
Estamos compuestos de dos substancias, una espiritual, que es el alma, y otra material, que es el cuerpo.
El alma es la más noble de las dos substancias; como que es la que piensa, la que quiere, la que dirige todas nuestras acciones, y la que siendo por su naturaleza inmortal, ha de durar eternamente.
El cuerpo es la substancia menos noble, como que está sujeto a mil imperfecciones, a mil males, y últimamente a la corrupción y a la muerte.
De estos antecedentes se infiere que debemos cuidar principalmente del alma, y procurar mejorarla cada día, como que es la parte más excelente de nosotros mismos.
E igualmente se sigue de ellos, que tampoco debemos omitir el cuidado del cuerpo para conservarlo, y hacerlo cada vez más apto para el servicio del alma.
Cuidado que debemos tener del alma.
El alma es una substancia espiritual, sencilla e indivisible, enteramente diversa del cuerpo: por esta razón no puede verse ni tocarse; pero sabemos que habita en nosotros, porque es la que piensa, y la que quiere en nuestro interior.
Tres son las principales facultades, o potencias que distinguimos en el alma; es a saber, entendimiento, memoria y voluntad.
El entendimiento es el que en nosotros adquiere los varios conocimientos de las cosas, el que juzga y el que raciocina.
La memoria es la que nos hace acordar de las cosas pasadas.
La voluntad es la que nos determina a hacer, o no hacer alguna cosa, o escoger ésta, o a dejar aquella.
Debemos pues procurar perfeccionar, en cuanto sea posible, estas tres potencias, y tirar a hacer de ellas el mejor uso que sea dable.