La sonrisa de la Gioconda. Comunicación no verbal.

La comunicación no verbal economiza el contacto, haciendo mucho más precisos los mensajes y aportando una gran cantidad de feedback al interlocutor.

Revista LogiCel - cel-logistica.org.

 

La sonrisa de la Gioconda. Detalle de la sonrisa de Mona Lisa en el retrato de Leonardo protocolo.org

Las habilidades relacionales no se reducen a la calidad y cantidad de palabras. La comunicación no verbal economiza el contacto, haciendo mucho más preci¬sos los mensajes y aportando una gran cantidad de feedback al interlocutor.

Desde luego, hay ocasiones en que gana el que menos comunica (lo cual, dicho sea de paso, es otra forma de comunicación). Pensemos en un jugador de póquer: estadísticamente -y excluyendo la posibilidad de hacer trampas-, las buenas cartas acuden en la misma proporción a unas manos que a las otras. Sin embargo, también aquí existe un escalafón de profesionales, producto de las habilidades de comunicación de cada jugador. Marcarse un farol puede ser cuestión de arrojo, pero que se lo crean los demás... eso es la comunicación no verbal.

El rictus de la cara, el patrón y frecuencia de las miradas, la propia postura corporal son aspectos de un modelo de interacción conocido como comunicación no verbal. Un modelo que complementa, sustituye o incluso se opone a la habitual relación basada en palabras. Y es que, a diferencia de lo que ocurre con el habla, el cuerpo y el espacio permiten transmitir información emocional de un interlocutor, lo que redunda en amplitud y precisión de los mensajes y, por lo tanto, en el resultado de ese negocio transaccional que es la comunicación.

Lógicamente, es mucho más fácil llegar a ser un buen orador (palabras) que un buen comunicador. Visto al revés, puede asegurarse que es más fácil comprender a un interlocutor que habla que a uno que comunica. De lo que se deduce que las habilidades de expresar e interpretar la comunicación no verbal reportan un valor añadido a los méritos personales y profesionales de cualquier individuo.

Una forma de poder.

Quien domina y sabe utilizar la comunicación no verbal tiene todos los triunfos para lograr influencia en sus interlocutores. No es una cuestión de trucos: por su propia intangibilidad, la gestualidad de una persona tiene que ser coherente en su totalidad para devenir una forma de poder. Una apretón de manos, por sí solo, no es sinónimo de cordialidad, como tampoco la buena entonación de un orador le bastará para convencer a su audiencia.

La Gioconda. Mona Lisa sonríe, pero sólo de frente. protocolo.org

La comunicación no verbal debe ser gestionada como un todo para dotar al emisor de poder frente a su interlocutor. ¿Por qué el cuadro La Gioconda de Leonardo da Vinci se ha convertido en un paradigma del arte? Se trata de un lienzo de dimensiones más bien pequeñas, cuyo motivo pictórico es irrelevante (retrato de Lisa, la mujer del mercader Bartolomeo del Giocondo), y realizado con técnicas convencionales. Sin embargo, la sala del Louvre donde se exhibe se encuentra siempre atiborrada, y ha sido reproducido hasta la saciedad en libros, revistas, postales y anuncios. ¿Qué hace que el mundo se detenga a mirarlo y remirarlo, y que críticos y estudiosos no paren de analizarlo desde hace 500 años?

Se trata de un problema de interpretación: ¿qué nos dice Leonardo a través de Mona Lisa? ¿Qué quiere comunicarnos? A veces, parece comunicarnos una inexpresiva apatía absoluta. En otras ocasiones, se diría que nos observa y piensa por sí misma: según como, la vemos reírse de nosotros, pero también parece transmitirnos cierta amargura en su sonrisa.

Sólo dos afirmaciones son seguras: una, que su mensaje es un misterio; dos, que todo es coherente en esa comunicación no verbal. Desde la comisura de sus labios hasta la punta de sus ojos pasando por la ubicación en el espacio, la postura de las manos o las arrugas de las mangas del vestido, toda la figura muestra cohesión en ese mensaje misterioso que nadie consigue descifrar.

Transmitir e interpretar las emociones, he aquí la función y utilidad de la comunicación no verbal. Su importancia en el negocio de las relaciones humanas reside en su credibilidad, producto de la espontaneidad de la persona. Al fin y al cabo, por mucho que alguien nos diga que está tranquilo, nunca le haremos caso si advertimos que ciertos movimientos de sus manos o de su cara delatan su ner-viosismo.

Elementos de la comunicación no verbal.

Personales o cinéticos.

  • Las expresiones faciales: Movimientos y gestos que hacemos con la cara. Muestran afectividad o rechazo, sopresa o interrogación.
  • La sonrisa que tranmsite satisfacción.
  • Mordernos los labios denota inseguridad.
  • Una boca caída demuestra decepción.
  • Los movimientos corporales: Las manos, los brazos, todo el cuerpo ayuda a comunicar.
    • La afectividad de una reverencia.
    • Un puño cerrado denota fortaleza.
    • Los brazos abiertos transmiten incomprensión.
  • La apariencia física también es una forma de expresión corporal.
  • La higiene, la forma de vestir y grado de cuidado personal facilitan o dificultan la eficacia de la comunicación.
  • El tacto: A veces, la comunicación llega hasta el contacto físico.
    • Un apretón de manos.
    • Sostener el brazo del interlocutor.
    • Una palmada en la espalda.
  • La comunicación visual: Los ojos y la mirada tienen una enorme influencia.
    • Una mirada a los ojos denota intesidad y veracidad.
    • Una mirada caída puede significar arrepentimiento, desengaño, vergüenza.
    • El guiño que muestra complicidad.

Espaciales.

  • El espacio: La distancia entre interlocutores ayuda a alcanzar los objetivos propuestos.
  • Estar demasiado lejos transmite desinterés.
  • Acercarse demasiado puede expresar un exceso de confianza, una invasión del otro.
  • Estar en una posición más elevada (aún sentados) promueve la sensación de dominio y poder.
  • Los objetos: El mobiliario o el producto son elementos condicionantes de la comunicación, ya
    que marcan distancias, aportan información, contextualizan la comunicación en uno o otro sentido.

Paralingüísticos.

  • El tono de voz: Volumen, inflexiones y enfásis conforman el tono que utilizamos para expresarnos. Podemos ser desde monótonos a interesantes y, desde luego, condicionar la eficacia de la comunicación en relación al mesnaje que buscamos transmitir.
  • El ritmo de la voz: Es la velocidad y las pausas que usamos para hablar. Ayudan a la comprensión del mensaje.