Vestuario masculino. Cómo debe vestir el hombre en su día a día. Reglas de etiqueta para el vestuario masculino
Aunque los verdaderos valores de una persona no estén en su vestuario, es necesario causar una buena primera impresión
El vestuario de un hombre para el día a día. 'Protocolo' vestuario masculino
Una buena apariencia externa es la mejor carta de presentación de una persona. El vestuario de una persona es un elemento muy importante a la hora de causar una buena impresión. Cuando acudimos a cualquier tipo de evento o reunión, en lo primero que se fijan el resto de personas es en nuestra apariencia externa. Luego, con el trato, pueden ver otras cosas que no se ven a primera vista, como los buenos modales y la buena educación.
Los verdaderos valores de una persona no tienen mucho que ver con su vestuario. Hay que causar una buena primera impresión. Saber estar no consiste solamente en ser educado, sino en un conjunto de factores entre los que ocupa un lugar muy valioso nuestra apariencia: cómo nos vestimos.
Vayamos o no a la moda, no debemos perder una elegancia natural al vestir, acorde a nuestra personalidad. De lo contrario, como le ocurre a algunas personas, no se visten, se disfrazan.
La elegancia es más una cuestión de estilo, que de moda. No a todo el mundo le quedan bien las prendas de moda. En cambio, si tenemos un estilo personal, sabemos cuáles son las prendas que más nos favorecen.
"La moda puede ejercer una cierta influencia en nuestro vestuario, pero no debe marcar nuestro estilo"
Vestuario básico para un hombre
El vestuario básico de un caballero debe incluir un conjunto de prendas imprescindibles que nos ayuden a cubrir la mayoría de los compromisos que se nos puedan presentar, tanto en el ámbito familiar, como en el social y laboral.
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Cualquier tipo de vestuario está muy condicionado por el tipo de trabajo que uno tenga y por el estilo personal. Si tenemos que ir a trabajar de traje y corbata todos los días, lo normal es tener más trajes, corbatas y camisas de vestir que una persona que no lo necesita para su trabajo.
Podemos citar, como excepción, los trajes de etiqueta que por su escasa utilización (a no ser que seamos una persona con una intensa vida social) podemos decantarnos por la opción del alquiler en vez de la compra.
Aparte de nuestra apariencia física, con la que nacemos, podemos mejorar nuestra figura y nuestro aspecto con un adecuado vestuario. Ahora bien, manteniendo siempre nuestro propio estilo.
Ir a la moda no es igual a ir elegante
Moda y elegancia, no es lo mismo, aunque tampoco tienen porque ser conceptos antagónicos. No todas las prendas de moda son elegantes o nos pueden sentar bien .
El dinero importa... pero no tanto como creemos
No cabe duda, que las posibilidades económicas facilitan nuestra labor de encontrar un vestuario adecuado para cada ocasión, al contar con una mayor gama de prendas a elegir, en cuanto a calidad y variedad de diseño. Pero también, con poco presupuesto, es posible lograr hacer muy buenas combinaciones.
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Saber coordinar y combinar con acierto no es una cuestión de dinero, sino de gusto. Con un ropero bastante básico podemos crear múltiples combinaciones que nos pueden servir para diversas ocasiones.
Las prendas de vestir han dejado de ser una mera protección del pudor y de los elementos climáticos (frío, calor, lluvia, nieve...) para pasar a ser, en cierta medida, una forma de distinción social, una "marca" de nuestra situación socioeconómica. Pero no debemos olvidar el refrán: "Las apariencias engañan".
No todo es imagen
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A toda buena apariencia, le deben acompañar unos buenos modales. De nada vale la "calidad" de la ropa, si no va acompañada de "calidad humana".
A la hora de vestirnos debemos mantener un estilo propio y una gran naturalidad. Saber armonizar prendas de moda, con nuestra propia personalidad, o combinar piezas del ropero antiguas con otras actuales, es una tarea que debemos asumir. Y no debemos olvidar que la moda pasa, el estilo propio y la elegancia no.
Vestidos para la ocasión
Vestir acorde a la ocasión, aunque parece algo obvio, hay que tenerlo en cuenta cuando tenemos que seleccionar un vestuario. Al gran cambio que ha sufrido, y que sigue sufriendo, la forma de vestir, se ha añadido, una gran "relajación" en las principales reglas o pautas que marcaban una forma de vestir para cada ocasión. Esta apertura o "gran libertad" ha dado lugar a indumentarias realmente curiosas e incluso llamativas -por no decir estrafalarias- que lucen determinadas personas en algunos actos o eventos.
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No debemos olvidar que el ámbito o entorno en el que nos movemos, condiciona en gran medida nuestra manera de vestir (sino es "obligatoriamente recomendado" en ciertos ámbitos, como el laboral). Dependiendo de ese entorno, nos veremos obligados a adaptar nuestro propio estilo personal al "vestuario tipo" de ese ámbito o contexto.