Romper el boato de las viejas monarquías.

"Juan Carlos y Sofía rompieron con el boato de las viejas monarquías".

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Una monarquía muy sobria en las formas.

El historiador afirma que en 1991 el valor de las joyas de la Reina de Inglaterra era de 350 millones de libras , pero que poco se sabe de lo que tienen los Reyes de España.

"La monarquía española rompió con toda la pompa, boato y viejo ceremonial de las monarquías. Es una monarquía muy sobria en las formas", decía ayer Ricardo Mateos, historiador y especialista en Casas Reales. Amaia Mauleón, periodista de FARO, presentó su charla sobre "Joyas reales en las Cortes de Europa desde Napoleón al siglo XX".

Lo que constituyó el objeto de la charla de este historiador, enriquecida visualmente con muchas diapositivas, fueron las monarquías europeas desde la Revolución Francesa observadas por sus signos de representación, fueran joyas, vestidos de ritual u otros ornamentos. Y, en ese repaso, un dato citado al final de su charla aparece como especialmente atractivo por su mayor carga de presente. "En contraste con la monarquía española, sobria en sus formas y radicalmente discreta en la cuantía de sus joyas privadas, de la inglesa se ha hecho público que en 1991 toda esa joyería privada de la Reina de Inglaterra tenía un valor de mercado de unos 350 millones de libras esterlinas".

Según Mateos, hay un antes y un después en los usos y costumbres de las monarquías. "Tras ser guillotinado en París Luis XVI -explicó- durante la Revolución Francesa comienza un tiempo nuevo con nuevos ceremoniales de Corte y una clara distinción entre su vida pública y privada en las familias reales. Se reserva un comportamiento con un aparato de formas para las apariciones públicas y otro más doméstico, humano y elástico para la vida de interiores... Cambia la estética y las formas desde que Napoleón se coronó a sí mismo e incia un período de potestad, grandeza y poder imperial que evoca en sus representaciones al cesarismo romano. Es el momento en que la monarquía se hace burguesa y se acerca al pueblo".

Ricardo Mateos: "Juan Carlos y Sofía rompieron con el boato de las viejas monarquías"

Mateos, autor de "Joyas reales, fastos y boatos", publicado en La Esfera de los Libros, afirmó que a partir del siglo XVII va surgiendo otra distinción en la relación entre realeza y las joyas: éstas comienzan a ser privativas de la persona y a convertirse en objetos con valor de mercado que sirven de respaldo económico si las cosas vienen mal dadas a los monarcas o su entorno principesco.

Ejemplo de esto último fueron las consecuencias de la Revolución Rusa que, como dijo el historiador en su repaso por las Cortes europeas, originó un numeroso exilio de aristócratas que buscaban en la venta de sus joyas una ayuda para seguir viviendo. "En los años 20 -comentó- hubo una saturación de piezas preciosas en el mercado, procedentes de una aristocracua rusa esplendorosa en sus joyas en el zarismo" .

Coronas, cetros, diademas, collares, condecoraciones... Ricardo Mateos fue acometiendo respaldado por diapositivas un recorrido por las creaciones sofisticadas de los mejores joyeros de todos los tiempos, con las piedras preciosas más destacadas del mundo, para monarcas, reinas y princesas que desempeñaron un papel importante en la Historia. Piezas con nombres propios, como la perla Peregrina, hoy en manos de Elizabeth Taylor, y los diamantes Koh-i-noor, Orlov y Wittelsbach, los más grandes y perfectos del mundo, cuyos destellos simbolizaban el poder de los soberanos y el prestigio secular de sus dinastías al centellear en las bodas principescas, en los bailes palatinos y hasta en los imponentes funerales de la Vieja Europa.

Las Cortes.

Los grandes usos ceremoniales de la Corte rusa, los modos de otras como la austriaca, la sueca, la griega... de todas fue dando alguna característica hasta llegar a las monarquías teñidas de glamour después de los 50, con esa imagen de Grace Kelly como referencia. De las joyas de la monarqía española resaltó cómo la enorme riqueza que había en el Palacio Real fue arrasada por el francés general Murat, y no sería hasta Alfonso XIII, con las joyas que fue adquiriendo para las reinas María Cristina y Victoria Eugenia, en que se empieza otra vez a hacer armario joyesco en la Casa Real. Aunque poco se sepa de lo que tienen los Reyes hoy, poco partidarios de hacerlo público.