Ceremonial de la Corte Pontificia.
Todo cuanto se refiere especialmente a las Misiones diplomáticas cerca del Vaticano.
CEREMONIAL DE LA CORTE PONTIFICIA.
Hemos preferido ocuparnos de este Ceremonial por separado, no solo con objeto de reunir en estos artículos cuanto se refiere especialmente a las Misiones diplomáticas cerca del Vaticano, sino también porque siendo la base de todos los de las demás Cortes, deseamos consagrarle toda la extensión posible, a fin de facilitar la mayor suma de antecedentes útiles para la resolución de las dudas que se ofrezcan en los casos especiales de etiqueta, no previstos, de ordinario, en los diversos Ceremoniales ya citados, y que dedican toda su atención a las recepciones de los Embajadores o al régimen de la etiqueta palatina.
En la célebre obra de Dumont, "Corps Diplomatique", y en el "Supplément au Corps Diplomatique", de Dumont, se hacen descripciones bellísimas de todas las ceremonias pontificias; pero las continuas discusiones de preferencia entre los Cardenales y los Embajadores; las modificaciones que el tiempo ha impuesto a muchas etiquetas, y finalmente, la situación excepcional creada a la Santa Sede desde 1870, de que ya nos hemos ocupado, han variado casi por completo cuanto se exponía en estas dos obras, haciendo necesarias algunas explicaciones.
Pocas veces concurren en Roma los Embajadores en unión de los Cardenales a los actos solemnes de etiqueta, pero cuando esto ocurre, el Embajador es considerado como Cardenal más moderno, para cuanto se refiera a su colocación y a su rango respecto de aquellos.
Los Cardenales parientes de S.S. siguen disfrutando de ciertas prerrogativas especiales.
Respecto a las categorías de los altos dignatarios de la Corte Pontificia y del rango que por ellas puede corresponderles, conviene advertir que unas veces se les considera por su posición social o personal, y otras por su cargo; no pudiendo, por consiguiente, servirse de los precedentes que existan en determinados casos, para seguir su ejemplo, debiendo consultar casi siempre al Prefecto de las Sagradas Ceremonias antes de resolver nada, porque como ordinariamente toma las órdenes del Santo Padre para establecer una diferencia de rango entre dos personajes de su Corte, es el que puede dar las soluciones más acertadas.
Los Cardenales y demás Prelados siguieron todos, por regla general, el ejempJo, dado por los Pontífices, de engrandecer sus respectivas familias, y así lo hicieron, conservando muchas de ellas, el privilegio de que uno de sus miembros sucediese a su ascendiente en las grandes prebendas y en las altas dignidades civiles o militares, formándose asi los diversos grados de una sociedad eminentemente aristocrática, y sumamente celosa de su severa etiqueta; por lo que es muy difícil establecer el rango de las familias de la aristocracia romana, porque como a excepción de dos o tres, universalmente conocidas por su preclara y antiquísima estirpe, las demás, deben su preponderancia a la elevación al Pontificado de uno o más individuos de su raza, siendo más preferente, aquella que cuenta más Papas entre su antepasados, no es posible establecer más regla, que la de consultar todas las dudas que puedan suscitarse a dicho Monseñor Prefecto.