Lectura. Deporte y decisión. ('La muchacha moderna', artículo publicado en la Revista 'Consigna', en julio de 1954).
No cabe duda que los ejercicios gimnásticos, atléticos, los juegos y, particularmente, el salto en relación con la natación, son magníficos colaboradores en la educación del carácter.
Convivencia Social. Formación Familiar y Social. Tercer curso.
"No cabe duda que los ejercicios gimnásticos, atléticos, los juegos y, particularmente, el salto en relación con la natación, son magníficos colaboradores en la educación del carácter. Si la templanza del carácter proviene del dominio de la voluntad, la energía de carácter, la firmeza, la decisión, pudieran en cierto modo fraguarse con la colaboración de la educación deportiva. La decisión ante el peligro, la valentía física, la presteza, pudieran animar una débil voluntad y fortalecerla incluso para una templanza moral.
Pero aunque la educación deportiva sólo engendrase una fortaleza que activase las reacciones lentas de muchas naturalezas físicamente torpes, ya es una gran colaboración para la educación que la vida actual exige.
Hay que recordar que la humanidad ha vivido cuarenta siglos valiéndose exclusivamente de la tracción animal por tierra y de las velas por mar, para moverse a mucha o poca distancia. La velocidad se desconocía. Naturalmente, hasta hace un siglo, un deporte práctico era la equitación, necesaria para la guerra y necesaria en las altas esferas sociales para el manejo de los vehículos propios. También el remo y el balandro eran deportes adecuados a la ancianidad histórica.
Pero de golpe y porrazo la humanidad se enfrenta por tierra con los 100 kilómetros por hora, y por aire con los 500 ..., y, sin embargo, todavía por inercia en las altas esferas sociales se cultivan, por ejemplo, la equitación y el remo.
Bien todo ello como diversión, gimnasia y lujo.
Pero la juventud ha de enfrentarse directamente con el motor y con la velocidad por tierra, por mar y por aire. Y entre los ejercicios físicos de la juventud actual han de estar los que se relacionan con la conducción de vehículos de motor.
La bicicleta y el vuelo sin motor, el balandro, son una preeducación muy conveniente para iniciarse en la velocidad en los tres elementos.
Pero el carnet de conducir particularmente por tierra, obtenido tras una seria enseñanza teórica, es actualmente tan útil y necesario como era el ser un buen jinete hace un siglo. La equitación era elegante y práctica porque el caballo y el coche de caballos eran los vehículos particulares de las clases acomodadas.
Es muy cierto que la silueta de una muchacha sobre un caballo tiene mucho más encanto y belleza que la silueta de una muchacha sobre la codiciada y actual "Vespa". Pensamos en la "Vespa", y a pesar de su etéreo nombre sólo evocamos asfalto y adoquín. Pensamos en el caballo, e imaginamos la umbría del bosque, el sendero bajo el arbolado, el río y la pradera. Pero hay que pensar también que el fecundo tractor puede asomarse al valle y a la vega, y que está ahí en el garaje del cortijo deshancando las cuadras y los pesebres.
No pretendo atacar un deporte tan bello y tan conveniente como el de la equitación. Pero pretendo insinuar que actualmente es un deporte de ultralujp que conservamos como una hermosa obra de arte.
La juventud actual ha de enfrentarse con la velocidad a través del motor en sus diferentes carrocerías, sean sintéticas o confortables, terrestres, aéreas o marítimas".