Saludos y presentaciones en Baréin - Bahrain
Cuando dan la mano suelen alargar este gesto en el tiempo, para darle una mayor calidez al saludo
Reglas de etiqueta y cortesía para saludar en Baréin - Bahrain
Baréin, el saludo de la amistad
Un bahreiní saluda dando la mano, siempre la mano derecha, a la vez que pronuncia las palabras "Salam aleikum", que viene a significar algo similar a "la paz sea con vosotros". Nosotros deberíamos responder con esta frase "wa aleikum salam" o "aleikum salam", cuya traducción sería "y que la paz sea para vosotros" o "y con vosotros la paz".
El gesto de dar la mano es similar al de otros países, pero no así el tiempo de duración. Cuando dan la mano suelen alargar este gesto en el tiempo, para aportar una mayor calidez al saludo y remarcar la satisfacción que este encuentro les produce. No debe molestarnos este gesto, porque es una costumbre habitual de Baréin.
Simplificar el saludo en Baréin
Una forma de saludar mucho menos ceremoniosa que utilizando "Salam aleikum" es utilizar un vocablo tan breve como "Marhaba" o "Hala" que podemos traducir por un simple "Hola". Es una forma mucho más coloquial de saludar.
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Si la persona a la que saludamos es una mujer, no debemos iniciar nosotros el saludo. Es muy probable que tenga prohibido saludarnos. Debemos esperar a que sea la mujer quien nos ofrezca la mano. Por nada del mundo, se nos ocurra tener otro contacto físico que no sea la mano -abrazos, besos en las mejillas, etcétera-. En algunos casos, es mejor realizar un simple saludo verbal sin que haya ningún tipo de contacto físico.
Entre mujeres el saludo es mucho más relajado; se pueden dar la mano y besar en las mejillas. También es muy común que se tomen del brazo, tanto para charlar como para pasear por la calle.
Los saludos con mujeres extranjeras, se rigen por la cultura occidental y no está mal visto darles la mano o un beso en la mejilla. Los bareinís también saludarán a las mujeres extranjeras de forma convencional. Muchas de sus tradiciones y costumbres sociales solo afectan a sus propios habitantes, salvo algunas excepciones, como por ejemplo, quitarse los zapatos para entrar en una casa, en un templo o en lugar de culto religioso.