Conversar en Arabia Saudí. Hablar y comunicar
No suelen decir un no o un si de forma rotunda, prefieren utilizar una forma más indirecta para evitar respuestas demasiado contundentes
Cómo establecer una buena conversación en Arabia Saudita
Las conversaciones con los saudíes son, a menudo, bastante largas y tranquilas. Les gusta hablar de todo un poco, sin entrar en cuestiones muy personales -aunque a ellos si les gusta conocer algunos detalles personales sobre nosotros-. En los negocios no es bueno ir "directo al grano" en los primeros momentos de una reunión. Les gusta conocer algo más sobre cómo somos nosotros, sobre nuestra familia y sobre nuestros gustos, aunque sin ser demasiado indiscretos.
No les gusta demasiado pedir o negar algo de forma directa o rotunda. Son especialistas en la "comunicación indirecta". Suelen utilizar un estilo indirecto para pedir o negar algo, no siendo demasiado rotundos en sus afirmaciones o negaciones, sino que tienden a decirlo de una forma, por así decirlo de algún modo, más sutil, dando algunos rodeos.
Si tenemos que hacer negocios con ellos, es mejor que los hagamos con la persona de mayor importancia, rango o jerarquía, porque son los que, verdaderamente, toman las decisiones finales. Además, en este país valoran mucho la jerarquía y tiene mucha importancia el sistema de rangos tanto a nivel empresarial como familiar.
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¡Cuidado con los temas de conversación!
No es correcto, ni demasiado recomendable, hablar sobre temas religiosos, sobre la mujer y el papel que ésta desempeña en la sociedad, sobre conflictos bélicos o disputas con otros países y temas que, en general, puedan suscitar malestar o polémica.
Si queremos preguntar por su esposa, por sus hijos, etcétera, debemos hacerlo de forma genérica. Por ejemplo, podemos preguntar por su familia, pero no por un miembro en concreto. No les gusta demasiado que personalice tanto y lo pueden considerar una falta de respeto o de educación.
Si nos invitan a una comida de negocios, durante la comida debemos disfrutar de la misma, alabar los platos y probar todos ellos, aunque solo sea un poquito. Son muy considerados con sus invitados, y les gusta mucho que disfruten de todo lo que les ofrecen; también les gusta que se lo hagan saber, alabando, sin exageraciones, las atenciones recibidas. Cuando finaliza la comida es el momento apropiado para empezar a hablar de negocios, pero no durante la comida -salvo que sean ellos los que saquen el tema-.