Hágalo, pero con clase.
Las reglas de urbanidad y buenas maneras también hacen su ingreso en la esfera del sexo.
Las reglas de urbanidad y buenas maneras también hacen su ingreso en la esfera del sexo, no por nada desde hace dos meses en las librerias francesas uno de los libros más solicitados es "Le savoir vivre efficace et moderne", cuya autora es Sophie Fontanel, una redactora de la revista femenina Elle.
La señora afirma que en los preliminares del amplexo, el caballero debe cumplir con un preciso ceremonial que no admite cambios en su secuencia: debe desvestirse quitándose, en riguroso orden: corbata, zapatos, camisa, medias, pantalones y calzoncillos. Absolutamente prohibido colocar todo en orden y bien doblado: la ropa se tira en el suelo y se queda allí hasta que se concluya el "encuentro".
El "después" exige también el respeto de algunas reglas: el caballero no debe absolutamente quedarse dormido como un lirón y la dama no debe exhibir para nada una expresión a la "Alicia en el país de las maravillas", preguntando una y otra vez ¿ te gustó, te gustó ?.
Se deduce que tales reglas se aplican a gente que anda por ahi toda emperifollada y hasta con maletín 24 horas a la mano, que cuando "liga" una debe hacer como el tigre "que come por lo ligero" pero en este caso respetando el bon ton que se debe a la partner de la ocasión.
El manual del buen comportamento sexual dicta también las reglas para los que practican el "cambio de parejas", los cuales, según la autora del manual, deben observar dos reglas "de oro": al final de la "sesión", cuando se abandona la sala, no se debe en lo absoluto saludar al marido o al partner fijo de la compañera de "debates".
En el caso que durante la velada la mano de una dama que a usted no le gusta se apoye sobre su miembro viril, no se mueva, quédese tranquilo y con mucha delicadeza múdela para el del señor que está sentado al lado suyo. Probablemente uno de los dos se lo agradecerá.