Marina León Gutiérrez, especialista en protocolo y ceremonial ha muerto.

Marina colabora estrechamente con la Casa Real en la organización de la visita a la Diputación de los entonces príncipes de España, don Juan Carlos y doña Sofía.

Diario de Córdoba - diariocordoba.com.

 

Imagen Genérica Protocolo y Etiqueta protocolo.org

Hace unos días, y más concretamente el pasado 13 de enero de 2010, falleció en Córdoba, a la edad de 73 años, Marina León Gutiérrez, un auténtico personaje que durante toda su vida supo granjearse la admiración y el cariño de cuantos la trataron.

Desde los tres años hasta los dieciséis fue su etapa escolar. A esta edad comenzó a trabajar en una gestoría de Córdoba. Mientras trabajaba cursó Bachillerato Superior, secretariado y francés e inglés. Con 24 años opositó a la Diputación Provincial. Fue el número 1 de su promoción y pasó a prestar servicios en la secretaría general de la institución, incorporándose a la secretaría de presidencia en el mandato de Pascual Calderón Ostos.

Marina colabora estrechamente con la Casa Real en la organización de la visita a la Diputación de los entonces príncipes de España, don Juan Carlos y doña Sofía. Aquí descubre su vocación para dedicarse al protocolo y las relaciones públicas.

En su dilatada vida laboral ostentó los siguientes cargos: jefa de la secretaría particular de la presidencia de la Diputación, siendo secretaria particular de varios presidentes y jefa de protocolo hasta su jubilación (1996).

"Tenía el título de jefe de secretaría particular de presidentes de diputaciones, expedido por la Escuela Nacional de Administración Local y el de jefe de protocolo nacional e internacional, expedido por la Escuela Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores"

También fue secretaria de la Asociación Nacional de Protocolo de las Entidades Locales, con sede en Barcelona, secretaria de la Sección Regional Andaluza de Jefes de Protocolo de las Corporaciones Locales, vocal de la junta directiva del gabinete de estudios de relaciones públicas en el Instituto de Estudios de Administración Local, vocal de la Comisión Permanente del Simposio Nacional de Relaciones Públicas y Protocolo de Barcelona, secretaria de las Jornadas de Estudios de Relaciones Públicas y Protocolo de Madrid, secretaria de la comisión de trabajo, constituida en el Pazo de Mariñan (La Coruña), para tratar de legalizar la situación de los profesionales de relaciones públicas y vicepresidenta de la Asociación Cordobesa de Relaciones Públicas. Ha sido la primera mujer en Andalucía que ha ostentado el cargo de jefa de protocolo.

Estaba en posesión del título de técnico superior de relaciones públicas-directivo con equiparación profesional a la licenciatura de Ciencias de la Información, sección de publicidad y relaciones públicas, expedido por el anterior Ministerio de Información y Turismo. También tenía el título de jefe de secretaría particular de presidentes de diputaciones, expedido por la Escuela Nacional de Administración Local y el de jefe de protocolo nacional e internacional, expedido por la Escuela Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores.

A pesar de su sencillez, no pudo renunciar a recibir numerosos reconocimientos, entre los que destacan la Medalla de Plata de Cruz Roja, por su colaboración con la misma; la Fiambrera de Plata del Ateneo de Córdoba, que en un multitudinario homenaje la nombró Ateneísta de Honor. Igualmente, en Cáceres, recibió un entrañable homenaje tributado por todos los profesionales de protocolo de España.

Y por esa exquisitez y dulzura en el trato dispensado recibió felicitaciones a todos los niveles: el Jefe del Cuarto Militar del Rey, embajadores, asociaciones, empresas y del Pleno de la Corporación provincial.

Trabajé con ella durante muchos años y disfruté de su encantadora manera de ser. Nunca le vi un mal modo con nadie. En cambio, si la vi llorar una vez. Sucedió cuando incendiaron la iglesia de la Merced. Fue un golpe muy duro. Y no solamente para ella. A todos nos afectó.

Alguien dijo de Marina que era el alma de la Diputación. Y no le faltaba razón. Todo lo llevaba perfectamente organizado. Hasta tal punto era perfeccionista que, según cuentan, cuando se jubiló, hasta el San Rafael que corona la espadaña de la iglesia volvió la cabeza para decirle adiós.

En la tarde del día 14 de enero, a las 16.30 horas, en la iglesia de San Miguel, se celebró el funeral. Descansa en paz, querida amiga, y a ti Tere, su hermana del alma, mi más sentido pésame.