Afectos y buenos modales
Los buenos modales en la sociedad están infravalorados
Entrevista: Afectos en Radio Nacional de España. R.N.E.
El programa de Radio Nacional de España -RNE- "Afectos en la noche", trató -con una pequeña participación del que escribe- la pasada madrugada del día del Pilar sobre el tema de los buenos modales, la urbanidad y el problema de la falta de educación en la sociedad. El escaso tiempo de participación y el directo -los nervios del directo me producen bloqueos importantes- hicieron que se quedaran en el tintero muchas cosas relevantes que es preciso conocer y exponer.
Los jóvenes no son maleducados, en general, ni la mayoría de las personas son maleducadas. El problema, creo yo, es que la mala educación se nota más. Siempre digo que la buena educación es como la elegancia, la mejor es aquella que menos se nota. Hay que ser educado sin alardear de ello -dice un refrán español "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces"-. Tampoco la edad es un pasaporte para la mala educación. Los mayores hablan de la mala educación de los jóvenes, pero muchas personas mayores no andan muy lejos de comportamientos bastante maleducados e incorrectos amparándose en su edad.
Todos nos creemos educados, pero todos cometemos errores. Lo que debemos tratar es de corregir y erradicar estos errores. La educación es fundamental, pero no se puede dejar que nuestros hijos vayan al colegio y allí se encarguen de todo, es un error. En el colegio, en la universidad se enseña y se forma, pero la verdadera educación se enseña en casa, en el día a día. Y esa educación es la que se aprende desde pequeños, para incorporarnos poco a poco a la vida en sociedad. Saber comer, saber saludar, saber dar las gracias o pedir las cosas, por favor, etcétera, son enseñanzas que cualquier persona debería conocer antes de incorporarse a la vida social y escolar. En esta etapa educativa son tan importantes las enseñanzas como el buen ejemplo. De nada sirve decir una cosa y hacer otra. "No hay peor cosa que un buen consejo y un mal ejemplo".
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Educación para todas las facetas de nuestra vida
Uno de los inconvenientes que se dan en este tipo de enseñanzas, es lo que llamo la doble educación. No hay que educar para dentro de casa y para fuera de casa. Es un error. Hay que ser educado en todo momento y situación, aunque algunas veces sea complicado. "Compórtate en casa como si estuvieras en un palacio, para que cuando estés en un palacio te puedas comportar como en tu casa". Esta es la frase que mejor idea nos da de los buenos modales. No hay que fingir, ni interpretar. Una persona educada lo es en todos los lugares y situaciones.
Hay que aprender no solo buenos modales, sino hay que aprender a valorarlos y darles la importancia que se merecen. Debemos dejar un lado la disculpa, que muchas personas arguyen, que son cosas de ricos, de estirados, de snobs... de gente acartonada, rígida y anclada en el pasado. No es verdad. Hemos pasado de una extrema rigidez -en la que una mirada de tu madre o de tu padre te dejaba helado- a una laxitud excesiva. Todo no es blanco o negro, hay un término medio. Las normas de cortesía y educación no son complicadas, como algunas personas creen. No puede esgrimirse esta disculpa para ir por el camino más cómodo, "pasar de ellas". La buena educación es un pasaporte necesario para viajar por las distintas etapas de la vida. Y sin este pasaporte, es muy complicado viajar.
En este viaje por la vida, hay que demostrar que tenemos buena educación, aplicando todo aquello que hemos aprendido, o aprendiendo nuevas cosas -siempre estamos aprendiendo-. Respeto, tacto, cortesía, amabilidad, gentileza, sentido común, prudencia, etcétera, son términos muy importantes que debemos tener en nuestro "equipaje". Con este bagaje será muy difícil no salir airoso de cualquier situación, conocida o no.
Como dice el refrán: "Educación y buenos modales son mis mejores caudales".