En el protocolo no existe la improvisación.
Para que todo esté perfecto hay que seguir un orden y en ocasiones también es necesario cumplir unas normas determinadas.
Entrevista a Lara González Díaz.
Para que todo esté perfecto hay que seguir un orden y en ocasiones también es necesario cumplir unas normas determinadas. La expresión, "se ha saltado el protocolo" todos la hemos escuchado en los medios de comunicación cuando se produce algún acto oficial. Pero el protocolo es más complicado de lo que podemos intuir. Lara González Díaz es experta en protocolo ceremonial internacional y del Estado, heráldico y vexicología.
¿Qué es el protocolo?
El protocolo es un conjunto de normas legales recogidas en un documento oficial solemne. Pero no sólo son normas, también se tiene en cuenta las costumbres y tradiciones de aquellos lugares y Comunidades Autónomas donde se vayan a celebrar los actos oficiales o una reunión de empresa, donde también es importante el protocolo.
Y estas normas a las que hace referencia ¿qué contenido recogen?
Pues desde la disposición de las autoridades en los actos, hasta la colocación de las banderas que tienen su importancia en los actos públicos, y de otros símbolos. El protocolo está rodeado de un ceremonial que complementa al auto. Hasta los colores de un centro de flores son importantes.
¿Desde cuándo existe el protocolo?
Desde la antigüedad, siempre se han ordenado a las personas y las clases sociales. Pero más recientemente el protocolo que se da en la actualidad surge con el nacimiento de las Comunidades Autónomas y el ordenamiento que hay que llevar a cabo con los representantes del Gobierno, los Ayuntamientos, las comunidades y en las propias provincias y Diputaciones.
¿Se dan errores en protocolo?
Se dan errores por el desconocimiento ya que en muchas ocasiones no se cuenta con expertos en la materia. Un trabajo de protocolo mal hecho puede llevar al traste un acto e incluso la presencia de las autoridades que se puedan sentir ofendidas. El protocolo es un trabajo en equipo donde la organización, la seguridad y otros aspectos tienen más importancia de la que se piensa. Todo tiene que estar perfecto y todos tienen que salir contentos.
¿Qué opinión le merece la típica frase: "se ha saltado el protocolo"?
En el protocolo no se deja nada a la improvisación, cuando se dice que «se ha saltado el protocolo» esa actuación está muy estudiada, valorada y es previsible para todos, hasta los errores se preven, siempre hay que ir más allá. Además, el protocolo tiene dos máximas: nunca hay dos actos iguales y cuentan con una preparación larga para una breve ejecución.
Cuando hablamos de protocolo, siempre nos viene a la cabeza las grandes instituciones, ¿tiene cabida en un ámbito más reducido?
Por su puesto. El protocolo no son sólo grandes actos, también se desarrolla en empresas de diverso tamaño y además es un aspecto que beneficia el desarrollo de trabajo de la propia entidad.