Profesora de Protocolo Entrevista a Bárbara Senillosa

¿Le hubiera sorprendido que usted escribiera este libro de protocolo y buena educación?

Diario Vasco

 

Bárba de Senillosa. Bárbara de Senillosa fotograma programa Las Joyas de la Corona

Entrevista a Bárbara de Senillosa

"Besamos continuamente a demasiada gente a la que no queremos".

Bárbara de Senillosa y de Olano, nació en Barcelona en 1958.

Más que como político o escritor, recordamos a Antonio de Senillosa como un hombre de mundo sumamente original, de lo más informal... y muy liberal.

¿Le hubiera sorprendido que usted escribiera este libro de protocolo y buena educación?

En absoluto, la mayoría de cosas que sé me las enseñó él. Creo que estaría orgulloso.

Últimamente, a medida que se dispara la violencia urbana y la anomia social, se publican más manuales de cortesía y etiqueta. ¿Podemos seguir bailando valses sobre la cubierta del Titanic?

A mayor cortesía menor violencia. Lo importante es saber dónde, cuándo, cómo y por qué bailas. Y en esto, da igual que te toque hacerlo en la mejor sala de Viena como en el Titanic.

Erich Frommcontraponía el ser al tener. El saber estar, ¿es más relevante socialmente que el saber ser uno mismo?

Para mi sí. Muchas veces la gente maleducada es muy incómoda socialmente, por muy naturales que sean. La educación suple muchas veces la falta de caridad.

De hecho, entre las "buenas costumbres" que anota en su libro destaca el autodominio, la serenidad y el optimismo. Pero eso, ¿no es más filosofía que hábito social?

Es cuestión de práctica. No cuesta tanto y se mejora mucho. "Trata a los demás como te gustaría que te tratasen" es un axioma que sirve lo mismo para explicar a Kant que para recibir invitados en tu casa.

Reconoce que la etiqueta en el vestir es una cuestión de tribus urbanas. ¿Es sólo el dinero y el poder lo que define la primacía de una estética sobre la otras?

No. Lo que cuenta es saber llevar la ropa (sea mercadillo o costura), el lenguaje corporal, la forma de moverse, etc. Oscar Wilde decía que sólo un imbécil no juzga por las apariencias, y ya sabemos que una imagen vale más que mil palabras, pero una personalidad, un gesto o un tono de voz pueden quedársenos grabados en la memoria de igual manera.

En tiempos de Luis XVIparecer más viejo era un signo de buen tono. Hoy, lo propio de las damas es aparentar veinte años menos. Pasar por el cirujano plástico, ¿es ya un requisito imprescindible para brillar en sociedad?

No lo creo. Cada cual es muy libre de aparentar lo que quiera. Hay gente (y no sólo señoras) que les molesta envejecer y a otras no. En cualquier caso, la mejor imagen personal no es la de un hombre o una mujer perfectos, sino más bien la de un hombre o una mujer que aparentan exactamente lo que son.

"Un publicista podrá llevar coleta» -escribe- «pero un banquero no". ¿Y si veo aparecer (un suponer) al director general de Kutxa con una, qué he de hacer?

No digo que un banquero no pueda llevar coleta, digo que según el oficio que tienes sueles vestir de una forma o de otra. Hoy en día hay muchos banqueros con coleta y se les trata de la misma forma que a los sin coleta.

Mario Condeposaba como un consumado caballero y ya ve usted a dónde le llevaron los excesos de gomina. En su libro, ¿analiza el caso?

He preferido abstenerme: no hablo de Mario Conde, ni tampoco de muchos otros.

Cada vez está más extendido entre nuestros políticos el uso de asesores de imagen. ¿Qué opina de la última reconfiguración del peinado y del buen talante de Rodríguez Zapatero?

Si es para mejor estupendo. Lo importante es que se encuentre él bien, cuando te encuentras bien das más.

Supongamos que el lendakari Ibarretxe se deja caer por su gabinete. ¿Cuáles serían sus primeras recomendaciones?

Depende del asesoramiento que busque, serán unas u otras.

En su tiempo, el Príncipe de Galesinventó maneras e impuso tendencias. ¿Quiénes innovan hoy?

Inconscientemente todos van innovando. Cuando Su Majestad se puso una corbata a flores al poco tiempo muchísimos señores llevaban corbata a flores, y así miles de ejemplos.

Beau Brummelldecía que una persona elegante es aquella que ha estado en un sitio muy concurrido y nadie recuerda cómo iba vestido. Entonces, ¿para qué se vistió?

Para no ir desnudo.

Habitualmente, las revistas españolas de moda elaboran listas de las señoras más elegantes y rara vez aparece una cuyo presupuesto no sea millonario y su edad, cuando menos, venerable: La juventud, ¿es inelegante por naturaleza o sólo por razones económicas?

Los modistos suelen ser los que dan las listas de sus clientas famosas a las revistas, y sí, es verdad que los jóvenes suelen tener menos dinero pero no por ello dejan de ser elegantes.

¿Se atrevería a sugerirnos quiénes son para usted las tres mujeres más elegantes de España?

Conozco a muchas mujeres muy elegantes y no son las que salen en las listas.

Y en cuanto a los caballeros, ¿quién y por qué destacaría?

Quién, no se lo digo. Lo que cuenta es saber estar correctamente en todas las situaciones.

En el capítulo de consejos para la mujer, sugiere: tener una personalidad propia, llevar medias y usar poco maquillaje durante el día. Por el lado opuesto, ¿qué le parece lo más imperdonable?

La suciedad y la ordinariez.

Pese a que en su tratado no lo reseña, ¿no le parece que los tiempos de la corbata ya han pasado a la historia?

Creo que se seguirá utilizando mucho tiempo para ciertas ocasiones.

Ministras Vogue. ¿Acertaron o se equivocaron con el posado?

Hay opiniones para todo, y no como para que un posado sea tema de debate nacional.

"Lo único que lamento", confesó en cierta ocasión Yves Saint-Laurent, "es no haber inventado el vaquero". ¿Tanto radical chic para acabar así?

El vaquero lo utiliza la mayoría, es popular, un clásico imprescindible en cualquier armario. A mí también me hubiera gustado inventarlo.

Más consejos. "Las mujeres sólo deben besar a un hombre si éste es un viejo amigo, un familiar o un muchacho al que se ha visto crecer". ¿No le parece que se pasa de estricta?

En la práctica besamos continuamente a demasiada gente que no queremos, en principio el beso es para las personas que quieres.

Llegamos a la mesa: A su juicio, ¿cuál es la prueba del nueve de un buen comensal?

Comer según qué cosas con las manos. Por ejemplo, muy pocos saben comer los espárragos con las manos y las ostras con cuchara.

Y siguiendo con el comer, ¿ qué costumbre española socialmente admitida le parece especialmente abominable?

Que digan "¿que aproveche!"

Por su casa han pasado numerosas personalidades de la vida política y artística del país. ¿Por qué apenas las cita en estas páginas?

Por respeto y discreción.

Y usted, sinceramente, ¿en ningún momento del día pierde las buenas maneras?

Sí, a veces , pero absolutamente consciente que las estoy perdiendo. Las normas están para romperlas, siempre y cuando sepas cómo, cuándo y por qué.