Rajoy se equivocó al saludar a Akihito
Gerardo Correas: "Rajoy se equivocó al saludar a Akihito, pero también Obama". La inclinación correcta es «de unos treinta centímetros», explica
Cómo saludar al emperador de Japón Akihito
La reverencia; ¿sumisión o gesto de cortesía?
El presidente del Gobierno "se equivocó" al no inclinarse ante el emperador Akihito, aunque no lo tenía fácil: para saludar a las autoridades japonesas hay que estar versado en trigonometría. Lo correcto es formar "un ángulo con el cuerpo, inclinándose unos treinta centímetros", ilustra Gerardo Correas, presidente de la Escuela Internacional de Protocolo.
Bueno, ¿qué le pasó a don Mariano en Japón?
Se equivocó al saludar a Akihito. Según las costumbres de ese pueblo, se debería haber inclinado ante el emperador. Pero también Barack Obama en el año 2009.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos casi besa el suelo de tanto que se inclinó ante Akihito.
Sí, pero en exceso, y eso también es incorrecto. Aunque es cierto que ese acto le dio un retorno importante al señor Obama, pues fue muy alabado en toda la prensa japonesa, muy comentado y simbólico.
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¿Cómo hay que saludar entonces?
Hay distintas formas de saludo. Cuando es algo cotidiano, con una pequeña inclinación de unos quince centímetros es suficiente. Si te presentan a alguien por primera vez, la inclinación correcta debe ser de unos treinta. Y el más expresivo, de 45 a 90 grados, se utiliza para situaciones especiales, como en la reprimenda de un profesor a un alumno, que debe mostrar sentimiento de sumisión.
No sé si fue porque la rosa roja le recordó al PSOE, pero la hilaridad con que Rajoy recibió ese presente tampoco parece la más adecuada.
Y no lo fue. Es un signo de distinción. Japón le dice al mundo, a través de las cámaras, que el hombre de la rosa roja es un invitado de honor. Es un detalle que se debe agradecer con sinceridad.
¿Cree que hubo un fallo de protocolo, que nadie explicó a Rajoy cómo saludar?
Más bien pienso que él se olvidó, pues tiene a su lado magníficos expertos en protocolo. De hecho, después del encuentro con Akihito sí que se inclinó ante la bandera japonesa y ante los asistentes.
"Para un saludo cotidiano basta con una pequeña inclinación de unos quince centímetros"
¿Tendrá consecuencias este gesto?
No lo creo. Los japoneses están muy acostumbrados, pero es una pena quedar mal cuando vas a vender España.