Enfoque comunicativo del protocolo
El protocolo aparece en todas las manifestaciones de la vida pública y privada
Cómo tener una presencia positiva en la sociedad: protocolo y comunicación
El protocolo aparece en todas las manifestaciones de la vida pública y privada. Está íntimamente ligado al rito y se ha estudiado, hasta el momento, desde la antropología y la historia, por lo que su enfoque desde la comunicación implica nuevos planteamientos en lo que se refiere a la interrelación social.
Queremos mostrar que el protocolo no es una cosa obsoleta, de otros tiempos, sino especialmente de éstos, que no se circunscribe a los modos exquisitos de círculos selectos, sino que se ha convertido en una especie de producto de consumo masivo, que se requiere en múltiples ocasiones y que se ha extendido por todas partes. Este protocolo del siglo XXI se centra en la comunicación de un mensaje. Éste es transmitido de forma sencilla y con un lenguaje de gestos y signos principalmente.
El protocolo actual, por tanto, gestiona el proceso de comunicación que genera la simbología del ceremonial que lo rodea. La gestión del impacto comunicativo que proyectan los actos públicos requiere un diseño profesional de su proyecto, una cuidada planificación y una detallada organización.
Defendemos profesionalmente el protocolo como una línea de comunicación de primer orden encaminado a acrecentar el valor de la empresa o del Estado con sus interlocutores. Es una herramienta que proporciona al Estado y a la empresa alto valor añadido, y suma una componente humana a la imagen e identidad corporativa.
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Uno de los primeros teóricos que vincula el protocolo a la comunicación de una determinada imagen fue Martínez-Correcher (1990: 20) (La definición aparece en el prólogo del libro PUMAR VÁZQUEZ, José (1990) Guía de Ceremonial y Protocolo. Santiago de Compostela, Caixa Galicia, 2ª edición) con esta definición de protocolo: "Es la acción que determina las reglas a seguir en un acto oficial, establecidas por decreto y a veces por costumbre. Fiel reflejo del orden que tiene que presidir todo acto para dar una imagen (comunicación) (añadido del autor) que enaltezca el prestigio de la propia Corporación".
Vilarrubias también visiona el protocolo como una herramienta o instrumento de comunicación corporativa para crear una determinada imagen del emisor de la comunicación protocolaria: "Todos nuestros actos, nuestras recepciones e incluso nuestras asambleas de accionistas, necesitan de esta herramienta de comunicación para dar una imagen, que en definitiva no es otra cosa que crear concepto u opinión, encaminados a lograr la confianza y credibilidad" (1994: 22).
El protocolo es una herramienta de comunicación que una entidad utiliza para posicionarse en su entorno. Los beneficios de un acto bien organizado son inmediatos. Su valor comunicativo es excepcional para favorecer la posición de la entidad organizadora en el contexto exterior. Logra, sin duda, un efecto de persuasión a través de la seducción de la ordenación de símbolos.
Es muy importante para cualquier entidad que quiera tener una presencia positiva en su entorno que valore, en sus acciones de proyección externa e interna, la fuerza simbólica del protocolo y su capacidad de persuasión. Así Estados, Comunidades Autónomas, Administraciones Locales, y entidades públicas; además de organismos privados de diverso signo, acuden hoy al protocolo como medio de eficacia universalmente reconocida para organizar la proyección externa de la identidad e imagen corporativa de sus relaciones de poder con otras instituciones.
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