Actos patronales. La festividad de Santo Tomás de Aquino.

Primer Encuentro de Responsables de Protocolo y Relaciones Institucionales de Universidad.

La primera imagen que tengo de Salamanca, y les aseguro que es muy reciente, es la de una ciudad dorada. Un color dorado que se desprende de las piedras con las que están construidos los muros de los edificios históricos, muros que llevan grabados diferentes símbolos en "sangre de toro". Pregunté y leí sobre ellos, y un día hablando con Manuela salió el tema y fue ella quien me animó a que hoy les esté presentando esta ponencia, de lo cual después de oír la categoría de las anteriores intervenciones les aseguro que me arrepiento. Espero que sepan disculpar mi corta experiencia.

El Vítor , símbolo que aparece plasmado en las paredes, es el monograma de esta palabra y su origen se remonta a hace muchos siglos, a cuando los estudiantes lo pintaban después de obtener un grado académico, a cuando se obtenía una cátedra... Para explicar lo que significa en la actualidad el Vítor y recordar también una de las tradiciones que tienen todas las Univesidades (aunque quizá no se haga el mismo día), debemos centrarlo en la Festividad de Santo Tomás de Aquino, pues es en este Acto en donde se celebra la Investidura de Nuevos Doctores.

Festividad de Santo Tomás de Aquino. 28 de Febrero.

El día de Santo Tomás la Universidad de Salamanca celebra un acto doble: religioso y académico.

Acto religioso.

Todo comienza en el Aula Salinas del Edificio Histórico, donde los doctores se visten con el traje académico para salir en cortejo hacia la Capilla de San Jerónimo. Aquí se celebra una misa concelebrada con la Universidad Pontificia de Salamanca, en la que interviene nuestro Coro Universitario. Una vez finalizada, el cortejo en el mismo orden vuelve al Aula Salinas para esperar al Maestro de Ceremonias, quien les dará las indicaciones para dirigirse al Paraninfo.

Acto académico.

El Rector abre la Sesión Académica.

1. Intervención del Coro Universitario.

2. Conferencia. Cada año el conferenciante pertenece a una de las dos Universidades.

3. Investidura de nuevos doctores.

3.1 Presentación. El Rector ordena a los claustrales que actúan de padrinos que vayan a buscar a los graduandos. Los padrinos salen precedidos del Maestro de Ceremonias y seguidos de dos bedeles.

Entran de la misma forma, y cada padrino lleva a su izquierda a su ahijado.

3.2 Petición. Todos en pie y destocados. Un graduando solicita al Rector la concesión del grado.

3.3 Concesión. El Rector dice: "Por la autoridad a mí concedida por las leyes del Reino os confiero el grado de doctor en...".

3.4 Investidura. Los padrinos se cubren e imponen a los nuevos doctores las insignias:

a) Birrete: "para que con él no sólo sobresalgas sobre los demás, sino que también, como con el yelmo de Minerva, estés más protegido para la lucha".

b) Anillo: "la sabiduría con este anillo se te ofrece voluntariamente como esposa en perpetua alianza".

c) Libro abierto: "para que abras los secretos de la sabiduría". Se lo van pasando de uno a uno todos los nuevos doctores.

d) Libro cerrado: "para que dichos secretos, según convenga, los guardes en lo profundo del corazón". De nuevo se van pasando el libro todos los doctorandos. El padrino dice "Os doy la facultad de enseñar, comprender e interpretar".

Al terminar de imponer las insignias, cada nuevo doctor es conducido por su padrino al asiento "siéntate en la silla de la sabiduría para que desde ella...enseñes, gobiernes, juzgues y sirvas".

3.5 Abrazos. Se levantan los doctores. Cada padrino abraza a su ahijado. El Maestro de Ceremonias da un golpe en el suelo con el cetro para que suenen los chirimías. Los dos Rectores abrazan a los graduandos. Terminados los abrazos, el maestro de ceremonias vuelve a dar dos golpes para que cese la música.

3.6 Juramento. Todos los doctores (incluidos los nuevos) permanecen de pie. Uno de los padrinos lee el juramento que los nuevos doctores van a prestar ante el Claustro: "¿Juráis a Dios ante la Cruz y a sus Santos Evangelios por vosotros tocados, siempre y donde quiera que estuviereis, guardar los derechos y privilegios y el honor de esta Universidad y que siempre la ayudaréis y prestaréis favor, ayuda y consejo, en las obras y asuntos de la misma, cuantas veces fuereis requeridos?".

Cada nuevo doctor pone su mano derecha en los evangelios y dice: "así lo juro y así lo quiero". Y termina el Rector: "Así Dios os ayude y los Santos Evangelios de Dios, Amén".

3.7 Imposición de la Medalla. El Rector pronuncia esta fórmula: "os admito e incorporo al colegio de doctores de la Universidad de Salamanca, con todos los honores, libertades, exenciones y privilegios de que gozan y pueden gozar los demás doctores".

3.8 Vítor. Se ponen en pie todos los presentes y los doctores del Claustro se cubren. El Rector exclama:  "¡Universitas Studii Salmantini!"y   todos responden: "¡Vítor!".

4. Entrega de Diplomas de Premios Extraordinarios. La Secretaría General lee el Acta y se hace entrega de los Diplomas de los Premios Extraordinarios de Licenciatura y de Doctorado.

5. Premio Internacional ((Elio Antonio de Nebrija". Cada año en la Inauguración de nuestros Cursos Internacionales (julio) se otorga este Premio, cuyo fallo lo anuncia el Director de los Cursos en Santo Tomás de Aquino, después de reunirse el jurado el día anterior.

6. "Gaudeamus Igitur". Como toda Sesión Académica Solemne, la celebración de esta Festividad termina con la actuación del Coro Universitario.

Como he comentado anteriormente, al terminar la Investidura de Nuevos Doctores, todos exclamamos a la vez ¡Vítor;. Veamos cual es su origen.

La definición que de Vítor da el Diccionario de la Real Academia de la Lengua es: "(Del latín victor, vencedor) interjección de alegría con que se aplaude a una persona o una acción. Función pública en que a uno se le aclama o aplaude una hazaña o acción Gloriosa."

J. García Mercadal en su libro "Estudiantes, sopistas y picaros" hace una curiosa descripción de cómo se pintaban los vítores hace siglos: "Cuando la noche ha cerrado fórmase un sorprendente cortejo.

Teniendo en las manos antorchas y linternas, agitando por cima de sus cabezas palmas y ramas de laurel, varios centenares de estudiantes van en busca del héroe de la jornada y le hacen dar la vuelta a Salamanca. Inmensos cartelones colocados en la punta de un palo hacen conocer al pueblo su nombre, el de su país y el de su nuevo título." "Dé tiempo en tiempo el cortejo se detiene delante de una iglesia, de una casa construida con sillares de piedra; apoyan en su pared una escalera, sube por ella un estudiante y traza una inscripción admirativa con almagre, sangre de vaca y cierto barniz, inscripciones que reciben el nombre de Vítor" "Pero no siempre acaban bien estas fiestas. Las oposiciones hacen que se exterioricen las rivalidades...partidarios y contrarios arman encarnizada pelea...la guerra se recrudece cuando, al alumbrar el sol el campo de la nocturna refriega, vense manchados de lodo los vítores o rótulos que la noche anterior escribieran los triunfadores".

Según ha pasado el tiempo y sin dejar de ser siempre una expresión alegre por haber obtenido un título, han sido variadísimos los anagramas pintados. A veces, además del nombre del estudiante, se acompañaban del detalle explicativo del triunfo; de símbolos con plumas y espadas de inquisidores; de cruces de órdenes militares de los caballeros graduados;de escudos nobiliares de linajes familiares y también del Colegio en el que estudió el homenajeado.

Se han encontrado también fuera de Salamanca vítores triunfales de hijos de la localidad, como en Ciudad Rodrigo, en la Iglesia de la Alberca...

Hoy en día ya no resulta tan complicado como describe Mercadal pintar un vítor. Es ahora el nuevo doctor, el que pidiendo permiso a su Decano, y eligiendo lugar en los muros de su Facultad, llama a un pintor que por su puesto ya no utiliza esa mezcla con sangre de toro.

La Universidad, como Institución, concede vítores a personalidades u organismos que considera son merecedores de ello. Así, el próximo que se va a pintar por este motivo, es el dedicado a Francisco Tomás y Valiente, profesor durante muchos años de nuestra Universidad, y al cual rendimos homenaje el próximo día catorce.

Sólo me queda ya, invitarles a conocer Salamanca o a recordarla a quien ya la haya visitado, para que disfruten directamente de esta antigua y curiosa tradición.

Muchas gracias.