F. Protocolo hospitalario. Manual de estilo. Lenguaje hablado.

Los llamados "usos jergales" tienen su origen en las actividades especiales que desarrollan ciertos colectivos.

Fundación Hospital Calahorra

 

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Lenguaje hablado.

Algunos grupos sociales diferenciados, entre los que se encuentran ciertas profesiones, utilizan un lenguaje especial que se denomina jerga. Los llamados "usos jergales" tienen su origen en las actividades especiales que desarrollan ciertos colectivos: deporte, tauromaquia, navegación, etc. A diferencia de otras, como la del hampa, cuya motivación es marginal, la jerga profesional responde es un lenguaje especializado con fines de precisión y rigor en la intercomunicación científica.

Una de las jergas profesionales que más términos aporta sin cesar al diccionario general de la lengua es el llamado lenguaje médico, si bien es utilizado también por otros colectivos sanitarios no facultativos. Su riqueza proviene del incesante aporte de material léxico nuevo.

Sin perjuicio de intentar siempre traducir la compleja terminología médica a un lenguaje comprensible por el profano, deberán evitarse los siguientes malos hábitos del lenguaje verbal médico sanitario:

- Vulgarismos: entendidos no en sentido estricto (términos propios de un lenguaje pobre, inculto o familiar), sino como esas palabras indebidas sobre todo por su componente despreciativo tan lamentablemente arraigadas en el lenguaje médico como "puerro" por paciente especialmente grave o complicado, "comerse (un paciente o, peor aún, un "marrón")" por asumir una responsabilidad, "morralla" por afección de baja complejidad, etc.

- A esta categoría pertenecen también términos como "sintronero", "hembra", "perforado", "regla", "infartado", "demenciada", "artrósico", "viejo", "gorda", "coco", "capar", "tripa", "amputado" o "sidoso" que a pesar de su práctica intención descriptiva deberían evitarse por su vulgaridad y en algunos por el innegable tufillo despectivo que desprenden. Menos aún deberán utilizarse términos marginadores o denigrantes de colectivos de extranjeros o inmigrantes ("moro", "sudaca", "gitanuzo") o incluso de trabajadores del propio centro ("celata", "segurata", "ojero", etc).

- Especialmente lamentable es el uso de términos diagnósticos como calificativos peyorativos e incluso insultantes para un destinatario simplemente nervioso o excitado, puede que con toda la razón: histérica, neurótico o "neura", paranoico, oligofrénico, etc.

- Deberán evitarse expresiones como "el seguro" o "la seguridad social" para referirse al Servicio Riojano o al Sistema Nacional de Salud.

- Sinécdoques: tomar la parte por el todo es una figura muy eficaz en literatura pero el lenguaje sanitario la utiliza frecuentemente de modo perverso. "Acaba de llegar un tobillo roto", "la apendicitis se va de alta" o "la familia del EPOC quiere hablar con el médico" y expresiones por el estilo deberían desaparecer del lenguaje profesional. Reducir un paciente a un segmento de su cuerpo, y no digamos ya a un número: "el 107 pide calmante", "la 301 es blanda (refiriéndose a la dieta)", etc. deshumaniza por completo las relaciones no sólo entre atendedores y atendidos sino entre profesionales. No debe olvidarse que detrás de una gráfica, un electrocardiograma o una placa hay un ser humano dotado de personalidad única y con expectativas propias.

- Apócopes: (supresión de letras finales) de uso coloquial tales como como electro, eco, láparo, cardio, colangio, fisio, etc son comunes entre colegas pero no deben emplearse ante los pacientes y sus familiares ya que pueden generar más incomprensión aún e incluso confusión. En ocasiones, no obstante (ca = carcinoma, neo) pueden utilizarse en informes con una función suavizadora de diagnósticos dramáticos.

Recuerde:

- "La urgencia taquigráfica es sin duda el origen de auténticas palabras despojadas de buena parte de sus letras y reducidas a verdaderos escombros de consonantes".

- "Términos como "sintronero","hembra", "perforado", "regla", "infartado", "demenciada", "artrósico", "gorda", "coco", "tripa", "capado", "amputado" o "sidoso" que a pesar de su práctica intención descriptiva deberían evitarse por su vulgaridad".