Discurso Apertura de Curso Universidad de Alicante, Curso 1998-1999.
Discurso Apertura de Curso Universidad de Alicante, Curso 1998-1999.
Universidad de Alicante. Discurso apertura Curso 1998-1999.
Honorable Sr. Conseller de Cultura, Educación y Ciencia.
Excmo. y Magnífico Rector Honorario de la Universidad de Alicante,
Excmo. y Magníficos rectores de las Universidades de Valencia, San Pablo-Ceu, Jaume I, Miguel Hernández,
Excmo. Sr. Presidente del Consejo Social,
Reverendísimo Sr. Obispo y autoridades eclesiásticas,
Autoridades militares,
Excmas. e ilustrísimas autoridades todas,
Claustro universitario,
Señoras y señores:
Permítanme que agradezca muy sinceramente el tono constructivo, positivo y dialogante de la intervención que me ha antecedido del Sr. Conseller.
También que en mis primeras palabras les haga partícipes de una intima reflexión: quizás pocas veces a un rector en tiempos recientes se le ha presentado una tarea tan difícil. Incluso escribir un discurso como éste me ha hecho debatir, durante horas, entre la necesidad de reivindicar y defender lo que consideramos justo para nuestra comunidad universitaria y para la sociedad a la que servimos y la prudencia que obliga a mantener el sosiego, la calma y una relación institucional en unos términos donde debo conservar a ultranza la corrección y esforzarme sin límites en tender puentes que faciliten el entendimiento y el diálogo institucional.
Un representante elegido democráticamente debe defender los legítimos intereses que representa. Y creo que estaríamos todos de acuerdo si afirmo que los debe abogar, sin complejos, sin la coacción de la descalificación permanente, en el marco de libertades que sin restricciones defiende nuestra Constitución democrática, sin esperar insultos gratuitos por ello. Los rectores representan instituciones como las universidades. Creo innecesario recordar que en ellas depositan sus esperanzas padres, jóvenes -en esta 30.000- en busca del prestigio y credibilidad de sus títulos para alcanzar el día de mañana su profesión, su trabajo. A estas alturas parece innecesario evocar que una institución universitaria merece el respecto y la consideración propia de su función social: ni más, ni menos.
En los ocho años que llevo ejerciendo responsabilidades como Vicerrector y como Rector de esta Universidad nunca ha surgido de mis labios -ahí están las hemerotecas para corroborarlo- un insulto, un comentario peyorativo hacia un representante institucional, incluso habría que buscar muy concienzudamente para hallar una crítica directa -y se encontrarían más críticas hace siete años, por ejemplo, que en los tres últimos-. Multitud de veces a los periodistas ante declaraciones que tal o cual cargo ha dicho esto o lo otro de mi persona he respondido cansinamente: que jamás entraré en polémica alguna o en responder una descalificación personal con otra.
Por el contrario decir lo que se piensa en un uso de la libertad de expresión. Recurrir a la justicia para dirimir contenciosos, ejercer el uso de lo que creemos -y creen casi todos los rectores españoles- nuestra autonomía universitaria no debería ser objeto de ningún tipo de extrañeza, o incluso represalia, por parte de nadie. Nos podremos equivocar, si así es, no dudaremos en rectificar por el bien de nuestra Comunidad Universitaria. Pero nuestras reivindicaciones deben entenderse siempre en sentido positivo y en beneficio de todos los fines sociales que se persiguen a través de nuestra actividad universitaria.
Créanme que si ha surgido una llamada de atención sobre un tema concreto lo he hecho tras muchos meses/años de espera, tras cartas, tras intentos de transmitir a otros, más afortunados que yo, mi suplica, mi ruego de que fuera atendido éste u otro tema y siempre en la confianza de que los intereses públicos a los que nos debemos primarían sobre cualquier otro aspecto.
LA CRUE acordó en su última sesión por unanimidad dar lectura a un texto en el que se alude a temas tan importantes como la paralización de la política universitaria (retrasos en la reforma de los planes de estudios, desconocimiento de la política oficial educativa del Ministerio, los graves perjuicios en la "lentitud y poca transparencia" -cito textualmente del título V sobre profesorado de la LRU-, el hecho de que las universidades españolas son las peor financiadas de Europa con la excepción de Grecia, los 32.000 millones de deuda pendiente a las Universidades por las exenciones a las familias numerosas, la ausencia de rigor académico en algunos de los nuevos proyectos universitarios). Que yo sepa ni la CRUE ha sido descalificada por la Sra. Ministra ni ninguno de los rectores en sus respectivas comunidades autónomas por críticas o preocupaciones de una entidad que jamás yo he llegado a plantear como rector.
Honorable Conseller, con todo respeto, con toda humildad, con toda la convicción:
Tras su discurso de hoy estoy convencido de que compartirá conmigo:
1º) Que este Claustro universitario tiene el derecho de elegir el perfil del rector a través del ejercicio democrático reconocido por la ley vigente. Y que como tal tiene derecho a ser atendido a través de sus peticiones, reclamaciones, ruegos y solicitudes.
2º) Que esta Universidad, como servicio público a sus 30.000 alumnos tiene derecho a no ser discriminada. A ser impulsada en igualdad de condiciones a otros centros sin que medien razones que justifiquen lo contrario. Permítanme recordar que en los últimos dos años esta Universidad ha recibido un trato discriminatorio en muchos aspectos:
Recientemente se ha recurrido de la forma más incompresible e injustificada un acuerdo de la Junta de Gobierno para impartir en Orihuela aulas de dos diplomaturas. La Consellería sabe muy bien que en los tres últimos años las universidades han tomado y están tomando estas iniciativas. ¿por qué para Alicante no y para otras sí?.
N uestros convenios institucionales han quedado reducidos a la mínima expresión. Citaré el más grave: somos la única institución universitaria en la que sus 30.000 alumnos todavía no pueden hacer prácticas en las administraciones autonómicas en los términos en los que ya lo hacen todas las universidades valencianas.
Hemos sufrido el boicot oficial al mejor Centro de Documentación de la Unión Europea durante tres años. Hemos esperado tres años en silencio, en la mayor de las discreciones, sin la menor denuncia por nuestra parte de lo que era más que evidente, en la esperanza de que no se dejaría cerrar, dándoles esperanza a los trabajadores que su profesionalidad y buen hacer era la mayor garantía.
Somos la Universidad con un Plan de Inversiones histórico más reducido de todas las Universidades valencianas. A cambio esta Universidad solidariamente se ha endeudado, a petición de la Generalitat, en más de diez mil millones de pesetas en un Plan que ya tenía ejecutado para que otras Universidades valencianas pudieran completarlo. Durante los dos últimos años no ha habido programación de nuevas inversiones para nuevos terrenos, infraestructuras o completar equipamientos. De esta forma los edificios docentes de Biología, Empresa, Turismo, Traducción, entre otros, se han quedado sin atender adecuadamente. Los equipamientos en bibliotecas o algunos nuevos edificios no han podido completarse.
En el tema de inundaciones hemos tenido que esperar más de ocho meses para iniciar reparaciones y reposiciones. La comparación inversión/alumno global o de forma específica no alcanza la mitad tomando como referente las de otras universidades.
Se nos suprime la cesión de espacios en el CDT para nuestros alumnos de turismo y no se nos facilita la disposición de nuestros propios espacios en la Escuela de Magisterio.
Sabemos de la precariedad en la que se halla la prestigiada Fundación de Altos Estudios Turísticos Cavanilles, uno de los mejores centros de investigación turística del país.
El mejor proyecto de formación marítima internacional del Mediterráneo, el proyecto IMIAS, probablemente tendrá que desaparecer.
Los planes para el Centro de Creación de Empresas en su día impulsado por la Consellería de Economía y Hacienda, una vez alcanzado el preciado apoyo de la prestigiada "Wharton School" hemos debido reconvertirlo en un Centro de postgrado y solucionar con recursos muy escasos la atención al alumno emprendedor. Hoy sigue funcionando más por proyectos de terceros que sobre los ambiciosos planes iniciales.
Se ha suprimido el apoyo al Master que con la misma denominación se siguen apoyando oficialmente a otras Universidades o entidades, algunos tan necesarios como la seguridad e higiene en la construcción, sector asolado por importantes riesgos.
Estoy convencido de que, con su ayuda, Sr. Conseller, los terrenos para el Parque Científico serán una realidad después de ser testigo de las facilidades que han obtenido otras universidades.
También estoy convencido de que se nos facilitarán los terrenos para la Villa Universitaria a efectos de paliar el grave problema de los desplazamientos diarios.
Para todo esto recabo su ayuda, Sr. Conseller.
Toda la Comunidad Universitaria ha sido testigo de que luchamos cada día con toda nuestra ilusión y entusiasmo para que no florezca la cultura del cansancio, del escepticismo o, incluso, del temor a la descalificación con nuestras iniciativas y proyectos.
Nuestra Universidad está viva y aspira a mejorar cada día, a transmitir a nuestros jóvenes, a la comunidad universitaria el apasionante reto que suponen los cambios tecnológicos en la nueva sociedad de la información, las demandas de la formación continua, el espectacular avance científico de nuestro siglo y el aun más admirable que nos espera a las puertas del nuevo milenio, en un momento en el que cada cinco años se duplica el nivel de conocimientos científicos.
Créanme la Universidad de Alicante es una excelente Universidad. Una Universidad que reclama el derecho de estar orgulloso de ella. De que los gobernantes de todos los signos de la Comunidad Valenciana la ostenten como uno de sus grandes logros -con toda humildad: de los más espectaculares logros- de la Comunidad:
Uno de los mejores campus de Europa realizado con menos de 13.000 millones de pesetas.
Una investigación que llegó a alcanzar el sexto lugar de una lista de 35 universidades en la controvertida evaluación externa de tramos. Con contratos de transferencia de tecnología con empresas multinacionales de primerísimo nivel.
El crecimiento más espectacular en el número de alumnos a razón de tres/cuatro mil alumnos años durante un quinquenio, dando respuesta a las demandas sociales a las que nos debemos más allá de nuestras posibilidades, con el mayor de los voluntarismos, a sabiendas de las restricciones a la calidad y de las penurias presupuestarias existentes.
Una imaginativa apuesta por la cultura y el patrimonio allí donde se requería un compromiso firme por nuestra parte: Santo Domingo, el Palau Comtal de Cocentaina, Benissa, la Alcudia, nuestro moderno museo...
Una apuesta por las nuevas tecnologías con logros espectaculares en los últimos meses.
Y estamos trabajando con muchísima ilusión, con todas nuestras ganas, esfuerzos, entusiasmos y muy pocos medios en otros proyectos para la sociedad y comunidad a la que nos debemos:
Lo cómodo hubiera sido decir que reclamamos nuevos terrenos para nuestros déficits docentes de estas u otras titulaciones. Lo difícil ha sido llevar esas mismas necesidades a un proyecto de Parque Científico donde las empresas y toda la sociedad también puedan beneficiarse de los servicios e infraestructuras de la Universidad para la investigación y sus planes y requerimientos de formación continua.
Permítanme que les transmita mi emoción hace tan solo unos días cuando presente a la Junta de Gobierno los resultados de más de un año de trabajo en nuevas tecnologías de la información. Los iniciales planes de alcanzar un 30% de Stanford se han convertido en un producto que supera en un 110 por 100 a esa prestigiada universidad nº1 mundial en tantas clasificaciones.
Somos de los productores más competitivos de imagen educativa, con un Taller de Imagen -a cuya autoría responde el vídeo que han tenido ocasión de ver- de prestigio mundial en imagen educativa, uno de los recursos más prometedores en el marco de la nueva sociedad de la información. Espero que con su ayuda, Sr. Conseller, las titulaciones solicitadas en esta materia no fueran denegadas o retrasadas nuevamente.
Hemos multiplicado por cuatro el intercambio de alumnos con universidades en los tres años. Compartimos titulaciones con universidades extranjeras del mayor prestigio. Disponemos para este intercambio científico internacional -perfectamente utilizable en nuestro entorno- del desarrollo de un instrumento informático -la universidad virtual- sólo al alcance de una docena de universidades en el mundo.
Hemos iniciado un ambicioso programa de rigor y calidad en nuestro postgrado, más allá de la demanda local, solicitado por más de medio millar de estudiantes de todo el mundo.
Se han consolidado unos servicios a los estudiantes en Biblioteca y otras muchas vertientes con muy escasos medios.
Todos estos proyectos se han realizado con el voluntarismo de los recursos propios, con muy pocos medios, con la entrega y el trabajo de muchas personas motivadas por el progreso y el avance de nuestro campus, en la fe de que la utopía universitaria es posible, incluso, imprescindible y ahorrándoles los obstáculos que hemos debido vencer.
Las universidades, el pensamiento se ha caracterizado siempre por la búsqueda de la verdad. Los clásicos: Platón Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás... En la historia de la ciencia algunos acabaron donde no merecían por decir verdades que son incuestionables o que causarían la risa de un escolar hoy. Que se apaguen las hogueras. Las Universidades de tanto equivocarnos en esa búsqueda de la verdad hemos llegado a afianzarnos en la sensata y humilde duda cartesiana. Lo decimos con toda humildad: que renazca el triunfo de la razón y de la generosidad de quien tiene poder para hacerlo.
No apaguemos las críticas: solucionemos los problemas. No reclamemos generosidad del más pequeño, del más débil. La generosidad del poderoso le dignifica, le engrandece. No despistemos a la opinión pública con mensajes que escondan la verdad. Debemos empezar reconociendo lo que es un clamor público: que hay problemas y que hay voluntad de solucionarlos en beneficio de la sociedad. Es un deber y una responsabilidad pública que nos pongamos a ello.
Dejemos de auditar mezquinamente esta Universidad con un celo que quizá no se hace con lo propio. Tenemos que trabajar en paz.
Esta comunidad universitaria me ha elegido su representante para los próximos cuatro años. Con un respaldo probablemente inmerecido por mi parte: casi el noventa por ciento de los votos emitidos y el 82 por 100 del Claustro. Sería muy grave que este apoyo lo fuera perdiendo el rector por miedo. Pírrica victoria: la razón vencida y humillada por el poder.
Todo ese respaldo es una enorme responsabilidad para no defraudar a mi comunidad universitaria. No me pidan o exijan que calle lo que no debo callar, no menoscabemos la independencia y autonomía de una institución universitaria y ayúdenme a crear el clima positivo que debemos, entre todos, recuperar.
Me gustaría en los próximos meses tener palabras de agradecimiento, de reconocimiento, incluso de exaltación de vuestro apoyo. Estoy seguro, Sr Conseller de que, en beneficio del servicio público, así va a ser. Tiene todo mi humilde crédito, respeto, afecto y colaboración para ello.
Honorable Conseller hemos escuchado con atención y profundo respeto vuestras palabras. Esta Comunidad Universitaria y la sociedad aquí representadas se constituyen, por tanto, en fedatarias de vuestras propuestas, deseos de concordia y promesas. A ellas deberéis explicaciones llegado el caso.
Permítanme acabar con aquellas palabras de fray Luis de León al retornar a la cátedra que la intransigencia le obligó a abandonar: "...decíamos ayer...".
Y ese ayer quisiéramos que fuera hoy. Un ayer que, pese a la inmediatez, se nos antojará lejano; un ayer en el que se alumbraron proyectos y se aunaron voluntades en las circunstancias más adversas; un ayer vacío de rencores; un ayer que fue de todos y por todos compartido.
Como de todos será el futuro, pleno de esperanza y realidades, un futuro lleno de ilusión y de compromisos, un futuro de progreso, de respeto y consideración, un futuro de clima positivo, un futuro de esperanza para nuestros jóvenes estudiantes. Estoy seguro Sr. Conseller, de que TODOS HABREMOS sabido ganarlo.
Muchas gracias.