¿Qué mantel poner en la mesa? Vestir la mesa
El mantel debe cubrir por completo la mesa, y colgar como mucho, por sus lados, un tercio de la distancia que hay entre la mesa y el suelo
Cubrir la mesa. La elección del mantel para la mesa
La elección de un mantel para nuestra mesa puede condicionar al resto de los elementos que la van a conformar. Hay que saber para qué ocasión es el mantel elegido. Por ejemplo, en Navidad nos podemos conceder algunas 'licencias' extra que no solemos permitirnos en otras épocas del año. Si lo tradicional es optar por un mantel de color blanco, color marfil o algún tono muy suave, en Navidad, podemos optar por 'romper' con esta formalidad y poner un mantel un poco más llamativo de colores vivos o estampados navideños.
El tamaño y la forma de la mesa
La forma de la mesa es importante, porque no es posible o, al menos, no queda bien un mantel rectangular para una mesa redondo; o bien, un mantel redondo para una mesa rectangular. Como comentamos al hablar sobre los centros de mesa, la forma o hechura del mantel debe ser acorde a la forma de la mesa.
Lo mismo ocurre con el tamaño. El mantel debe cubrir por completo la superficie de la mesa, y colgar como mucho, por sus lados, un tercio de la distancia que hay entre la mesa y el suelo. No debemos poner nunca un mantel pequeño que no cubra toda la superficie de la mesa, o uno que llegue hasta el suelo o cerca de él, por sus lados (si es muy grande podemos optar por doblarlo). Solamente, en cenas de gala y algunos otros eventos de gran relevancia, se suelen utilizar este tipo de manteles largos que cubren por completo la mesa hasta casi rozar el suelo. Es una forma de evitar que se vea la 'estructura' inferior de la mesa.
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Si, por la razón que sea, tenemos que utilizar una gran mesa o algún tipo de tablero largo, podemos 'empalmar' varios manteles siempre que sean iguales. Si no es posible, debemos utilizar nuestro ingenio y combinar colores entre sí para darle un toque original a nuestra mesa.
Una combinación de manteles de varios tipos, solo lo debemos hacer si es una comida muy familiar o entre amigos de mucha confianza. Para un encuentro más formal, si no contamos con el equipo suficiente, podemos optar por el alquiler. Si tenemos algún amigo o familia con una intensa 'vida social', también los podemos pedir prestados.
Una imagen vale más que mil palabras
El mantel que pongamos en la mesa debe estar perfectamente limpio, en buen estado de conservación (sin roturas, hilos sueltos, etcétera). Cualquier tipo de mancha, suciedad o signo de descuido, puede 'arruinar' una mesa aunque el resto de elementos sean buenos.
Un buen truco, para que un mantel luzca perfecto, es darle una 'pasada' con la plancha cuando lo tenemos puesto sobre la mesa. Eso evitará que tenga cualquier tipo de arruga o doblez no deseado.
Las servilletas, también bien limpias
Si el mantel debe estar bien limpio, con las servilletas hay que tener aun mucho más cuidado. Quién no se ha encontrado alguna vez alguna mancha en una servilleta e, incluso, la marca de unos labios. Es bastante desagradable encontrarse una servilleta que no está bien limpia.
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Las servilletas, deberán ser del mismo tejido que la mantelería, para guardar cierta síntonía con todo el conjunto. Deberán ser grandes, de al menos 40 centímetros de lado (si son mayores mejor), evitando las servilletas pequeñas que no deben ser utilizadas en mesas de comedor. Además de no de servir para un banquete. Las servilletas pequeñas se suelen reservar para los juegos de café o té, para una merienda, etcétera, pero no para mesas formales.
La servilleta se coloca a la derecha o izquierda del plato, indistintamente, e incluso, doblada encima del plato. Aunque nosotros nos hemos decantado por el lado izquierdo para este ejemplo, lo más habitual es utilizar el lado derecho -la mayoría de las personas son diestras-.
Excepciones. En ocasiones especiales, como Navidad, se puede optar por hacer algún tipo dedoblado especial a las servilletas (pero nunca lo debemos hacer en comidas formales, debemos reservarlo únicamente para el ámbito familiar) y en ocasiones especiales.