Una mesa a pedir de boca
¿Bufé o mesa puesta? Descubrimos las claves imprescindibles para organizar la comida perfecta y no morir en el intento
Cómo servir la cena. Una mesa a pedir de boca
Dicen que nada es más festivo que los preparativos de la propia fiesta. Pero estos también se pueden convertir en una pesadilla. Menú, decoración, tipo de servicio... Los grandes anfitriones recomiendan -y este consejo sirve para cualquier ocasión- no complicarse. Prima la naturalidad. Una cena o una comida familiar -quitando que se apellide usted Rothschild o Vanderbilt- es eso: un acontecimiento familiar.
Una de las primeras decisiones, clave para el éxito de la velada, es pensar cómo servir la cena. No hay una regla escrita. Si la casa es pequeña, hay una mesa para cuatro y esperan el doble de invitados, la opción es un bufé. Lo importante es no hipotecar el espacio poniendo una mesa gigante que no permita tomar el aperitivo o la copa posterior de pie o en la zona de estar.
Pero aunque tenga espacio suficiente y pese a que haya convocado a cerca de una veintena de personas, si sus invitados se concentran en torno a la mesa bufé y no se mueven de un rincón, será un fracaso.
Por lo general una cena bufé permite invitar a un mayor número de personas. Esta modalidad evita complicaciones de colocación en la mesa porque no hay jerarquías ni normas para sentarse. No hay una única conversación y permite relacionarse con distintos grupos de invitados. Sin duda se trata de una opción más relajada e informal. Pero, atención, no es la panacea.
Hay que calcular exactamente el número de asistentes teniendo en cuenta el espacio disponible para que se distribuyan por todas las habitaciones que se hayan dispuesto y evitar atascos y apelotonamientos. Nunca se debe ubicar en una estancia pequeña, mejor en una zona de paso donde no sea apetecible quedarse.
Bufé o cena formal
El bufé requiere mayor cantidad de vajilla y cubiertos que una cena en la que se esté sentado para que los invitados puedan repetir si lo desean. Además, será necesario servir entre dos o tres entrantes y, si apuestan por un solo principal, poner al menos un par de guarniciones y varios postres.
"En un bufé hay que calcular más comida de la habitual para que se pueda repetir"
Hay que tener en cuenta que se ha de prever mayor cantidad de comida por comensal y que la mesa donde esté el bufé nunca se debe quedar desguarnecida.
Lo recomendable es escoger platos en los que no haya que usar demasiado el cuchillo -que sean fáciles de partir o que no tengan demasiadas espinas-.
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Disponga la mesa según la lógica: primero, los platos y los cubiertos; luego, los entrantes; y, finalmente, el plato principal. Para evitar colas, coloque la bebida y los postres en otra mesa lejos de la primera.
Es importante facilitar un punto de apoyo para los invitados. Una opción es situar mesas auxiliares cerca de la zona de estar o despejar zonas en las consolas o las librerías.
- Una mesa a pedir de boca.
- Todos a la mesa.