La forma de dar la mano puede revelar cuál es nuestra edad y cuáles son nuestras intenciones
Un buen apretón de manos, como ocurre con el vestuario, puede dejarnos una primera impresión positiva o negativa
Qué puede revelar nuestra manera de dar la mano
Según algunos estudios realizados por diversas universidades del mundo a lo largo de nuestra vida damos la mano una media de 12 a 15 mil veces. Claro está, todo depende de las relaciones sociales y laborales de cada persona. A mayor 'sociabilidad' mayor será el número de veces que daremos la mano a lo largo de nuestra vida -a pesar del notable incremento del beso como forma de saludo-.
Qué acciones 'impresionan' a la otra persona cuando se da la mano
Un buen apretón de manos, como ocurre con el vestuario, puede dejarnos una primera impresión positiva o negativa. Todo depende de varios factores:
- La posición de la mano
- La fuerza con la que se aprieta la mano
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- La duración del saludo
- Los complementos o las acciones que acompañan al saludo. Si el saludo va acompañado de algún otro gesto como tomar la muñeca, dar un abrazo, tomar el hombro, etcétera.
No hay dos apretones de manos iguales
Cada apretón de manos es diferente pero de todos ellos se pueden sacar algunas 'conclusiones' sobre la persona que realiza ese saludo. La forma de saludar, bien analizada, puede revelarnos el poder, estatus, nivel de seguridad y autoestima de una persona e incluso, su edad. Según la revista científica Plos One, la forma en la que una persona da la mano puede ser un buen indicador de la edad biológica, del estado de salud y del nivel educativo de una persona.
Dar la mano es una 'ciencia'
La háptica es la ciencia del tacto, por analogía con la acústica (el oído) y la óptica (la vista). La palabra proviene del griego hápto ("tocar", relativo al tacto). Una de sus 'ramas' estudia el apretón de manos como forma de saludo. Dar la mano como muestra de cordialidad, para sellar acuerdos o 'firmar' pactos, se viene usando desde los tiempos de la antigua Babilonia.
La historia cuenta que durante la festividad de Año Nuevo, el monarca que reinaba Babilonia debía estrechar la mano de la estatua del rey Marduk, como señal de respeto hacia él. Esta tradición se fue extendiendo entre los ciudadanos, los cuales se saludaban dándose la mano como muestra de respeto.
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Posteriormente, darse la mano -el apretón de manos- ha seguido siendo una forma 'cordial' de saludo, aunque con algunas pequeñas variaciones. Por ejemplo, en la antigua Roma y en la antigua Grecia se daban la mano agarrándose las muñecas. Actualmente, hay que personas que acompañan este saludo, también con gestos complementarios como agarrar el brazo, dar unas palmadas en la espalda o en el hombro, etcétera, etcétera. Cada cultura, cada país, cada región... pueden tener sus propias costumbres, usos y tradiciones que afecten de manera directa a la forma de saludar.