Imposición a S.M. el Rey las insignias de la Jarretera.

S.M. el Rey es nombrado y admitirte en la Orden Ecuestre y Nobilísima de la Jarretera, no sólo por la Nobleza ínclita y antiquísima de Su linaje, sino por las eximias virtudes que en Él se ven.

Guía de Protocolo Diplomático.

 

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Credencial de los Embajadores Extraordinarios enviados por S.M. Británica para imponer a S.M. el Rey las insignias de la Jarretera.

(TRADUCIDA DEL LATÍN.)

MUY PODEROSO Y SERENÍSIMO
PRÍNCIPE Y HERMANO MUY AMADO,

Considerando Nos que sería cosa justa y conveniente declararte nombrado y admitirte en la Orden Ecuestre y Nobilísima de la Jarretera, no sólo por la Nobleza ínclita y antiquísima de Tu linaje, sino por las eximias virtudes que en Tí se ven, Te hemos declarado nombrado, y Te hemos admitido de Nuestra propia autoridad, en esta muy ínclita Orden ya dicha.

Y para que esta declaración tenga ya desde ahora efecto, a este fin, según costumbre y regla de Nuestros Mayores, hemos hecho, y nombrado, y enviado a Tí por Plenipotenciarios al muy fiel y amado Primo nuestro Guillermo, Marqués y Conde de Northampton, Conde de Compton, Barón de Wilmington y Almirante de Nuestra Armada; a Nuestro fiel también y amado Alberto, Guillermo, Woods, Caballero Primer Rey de Armas entre nosotros por sobrenombre Jarretera, para que, además de Nuestros expresivos afectos, Te lleven cuanto antes y entreguen, con las Ceremonias y Formalidades de costumbre, las insignias de la muy distinguida Orden, antes dicha.

Recibe, pues este testimonio de Nuestro sincero afecto, y cree firmemente que esta misma Orden es una de las principales señales que podemos otorgar a un Príncipe extranjero para dar un testimonio de Nuestra singular y merecida reputación en que le tenemos. Y damos a Nuestros Plenipotenciarios, arriba nombrados, pleno y absoluto poder de que lo manifiesten así más claramente a Tu ínclita Majestad.

Por lo cual rogamos que des crédito a estos Nuestros Plenipotenciarios. Por lo demás, muy Poderoso Príncipe, Te encomendamos de corazón, amadísimo Hermano, a la Protección Divina.

Dadas en Nuestro Palacio de San James el día trece de Setiembre, año del Señor mil ochocientos ochenta y uno.

Tu Buena Hermana
VICTORIA, REINA Y EMPERATRIZ.

Al Serenísimo y muy Poderoso Príncipe Alfonso,
Rey de las Españas, etc., etc., etc.,
Nuestro muy amado Hermano.

No damos copia de los discursos, que nada de particular ofrecen y que son parecidos a los discursos de Embajadores que hemos dado en otros artículos de este portal; pero sí indicaremos, como precedentes, que se expidieron las Reales Órdenes correspondientes para que la Empresa del ferrocarril tuviese en Irún un coche-salón para traer a los once individuos que componían la Embajada Extraordinaria hasta Madrid, y para que el Inspector del Gobierno les acompañase desde la frontera hasta la Corte.

Que S.M. el Rey hizo convidar a la ceremonia de la investidura a la Legación inglesa de Madrid.

Y que a más de los regalos correspondientes a las personas de la Embajada extraordinaria, se agració con la Gran Cruz de la Real y distinguida Orden de Carlos III al Marqués de Northampton, enviándole las insignias con una comunicación en francés.

El ceremonial y los discursos se han publicado en la Gaceta oficial de 12 de Octubre de 1881.