La mesa y la urbanidad para los niños. II

Aprender a manejar los cubiertos, el uso de la servilleta y comer de forma correcta los alimentos es algo imprescindible en la educación de cualquier persona

Reglas de urbanidad. 1870.

 

Fiesta infantil. Fiesta infantil en el gimnasio del colegio. woodleywonderworks

La mesa y la urbanidad para los niños

Aquella urbanidad

Y eso de dejarse deslizar la grasa por la barba, chuparse los dedos y ensuciar el mantel o la servilleta ¿qué le parece?

Que no son acciones de niño bien educado sino de gente agreste y sin crianza.

Y los huesos, espinas de pescado, cáscaras, cortezas o mondaduras de fruta ¿dónde los colocarás?

De ninguna manera en el mantel ni en otra parte de la mesa, sino en el borde o lado del plato que cada uno tenga.

¿Y qué me dices del uso del cuchillo, cuchara o tenedor para tomar la comida?

Que los líquidos, salsas o legumbres debo tomarlos con la cuchara; las ensaladas, verduras, pescados y carnes, después de partidos a trocitos con el tenedor; y las frutas y dulces secos pueden tomarse con el cuchillo y aún con los dedos.

Y la sal, mostaza, etc. ¿cómo la recibirás?

Con la punta del cuchillo o con el mango del tenedor, sino hay cucharilla al efecto.

Y ¿cómo te producirás en la bebida?

Con moderación y naturalidad, no bebiendo hasta después de haber tragado lo que se tenga en la boca.

Y ¿beberás haciendo ruido con los labios o garganta, respirando recio después de concluir, o de alguna otra manera como los niños mal educados practican?

No Señor, tomaré suavemente el vaso con la mano derecha, y después de haberme limpiado los labios con la servilleta, beberé lo necesario sin detenciones ni ruidos, limpiándome nuevamente después de haber concluido.

Y cuando tengas que obsequiar con algún bocado o brindar con la bebida ¿lo harás con tu tenedor, cuchillo o vaso?

No Señor, sino con otro limpio que pediré al efecto, y del mismo modo lo haré si he de tomar alguna vianda del plato o fuente que sirve de original.

Y si alguno por fineza te regala algún bocado escogido ¿cómo te producirás?

No lo rehusaré en manera alguna, y me mostraré agradecido haciendo una pequeña inclinación de cabeza.

Y eso de toser, escupir y bostezar ¿habrá de evitarse también para no causar desagrado?

Sí señor, a no ser que la necesidad lo exigiese, en cuyo caso debe hacerse de la manera más delicada, sirviéndose del pañuelo.

Y las conversaciones tristes y melancólicas, ¿habrán de ser ajenas a la mesa del mismo modo que las asquerosas?

Sí señor, porque allí no debe reinar otra cosa más que la jovialidad y la franqueza.

Y ¿será permitido hablar de los manjares que se presentan a la mesa, para calificar su bondad o la manera de sus guisos?

No Señor, a no ser que sea para alabarlos, porque lo contrario sería siempre una torpe grosería.