Pasiones perjudiciales a nosotros y a los demás, la avaricia.

La demasiada afición al dinero o a la hacienda, es la pasión menos común en los niños, los cuales por lo regular inclinan más al vicio opuesto, esto es, a la prodigalidad.

Tratado de la obligaciones del hombre. 1821.

 

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Pasiones perjudiciales no solo a nosotros mismos, sino también a los demás.

Avaricia.

La avaricia, esto es, la demasiada afición al dinero o a la hacienda , es la pasión menos común en los niños, los cuales por lo regular inclinan más al vicio opuesto, esto es, a la prodigalidad, que consiste en hacer poca cuenta del dinero y hacienda, y en gastar y desperdiciar sin miramiento alguno.

Con todo, sucede muchas veces que se apasionan a una u otra cosa determinada, y no saben desprenderse de ella con facilidad.

En este punto es menester que comiencen con tiempo a evitar los extremos. No debe gastarse ni desperdiciarse cosa alguna sin razón , y principalmente deben conservar con todo cuidado y diligencia los vestidos, los libros, y las demás cosas que les dan sus padres, mirándolas cuales son en la realidad como cosas ajenas.

En cuanto a las que pueden llamarse suyas, como la fruta, los dulces , el dinero de su propio bolsillo, y otras cosas semejantes, deben partirlas francamente con los demás, y principalmente con los pobrecitos, que son los que más las necesitan.