El vestuario formal, ¿cuándo utilizarlo?
El vestuario formal es uno de los más utilizados para la mayor parte de actos y eventos, tanto sociales como laborales
Buena imagen y vestuario formal
Las obligaciones sociales y laborales de una persona hacen que tenga que guardar una cierta imagen y atenerse a determinadas a unas reglas, no escritas en la mayoría de los casos, en función del sitio o lugar al que tenga que acudir.
El vestuario es una de las piezas fundamentales que modelan a una persona su imagen, destacan su apariencia y forman su propio estilo. Se puede vestir con prendas de moda sin perder la personalidad.
Definir qué es un vestuario formal no es sencillo. Podemos decir que el vestuario formal es posible situarlo en el punto medio entre la etiqueta y el vestuario informal, casual o vestuario de deportivo -sport-. Es verdad, que en multitud de ocasiones es posible confundir los estilos cuando se mezclan prendas de un vestuario formal con prendas más deportivas o informales. De ahí, que no se pueda dar un definición demasiado exacta.
El vestuario formal ¿solo para ir a trabajar?
El vestuario denominado "formal" se suele utilizar para acudir al trabajo, para asistir a reuniones de un cierto nivel, para asistir a presentaciones, recepciones, eventos familiares de cierta relevancia, y para todas las ocasiones en las que no se requiera etiqueta pero sean actos sociales destacados o notables.
Los colores más utilizados para un vestuario formal
El color oscuro, para los trajes de los hombres, es el más adecuado -aunque el hombre puede optar por combinar chaqueta, corbata y pantalón sin ser un traje-.
Unos zapatos de corte clásico y cordones -tipo Oxford o Derby- o bien zapatos de hebilla "monkstrap".
Para las mujeres, más que los colores, que pueden ser muy variados, el largo del vestido y el corte suelen ser los detalles que marcan la formalidad de su vestuario. El calzado cómodo y con un tacón acorde al evento. Cuanto más tarde es, más alto el tacón se puede lucir.
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Formal y cómodo para trabajar
En ambos casos, salvo para actos sociales muy concretos, es mejor decantarse por un vestuario clásico que siempre da buenos resultados. Un traje de chaqueta de corte clásico, un conjunto de blusa o camisa con una falda o pantalón, son buenas opciones. Los zapatos para ir a trabajar de tacón bajo o con poco tacón. Poco maquillaje y pocos complementos -sobre todo para el ámbito laboral-.
Tanto para el hombre como para la mujer, dentro del denominado vestuario formal, hay que tener en cuenta el qué, el cuándo y el dónde. No es lo mismo elegir un vestuario formal para ir a trabajar que para ir a un acto social o un evento familiar. No es lo mismo un acto de día que por la noche. No es lo mismo un evento en un finca o hacienda que en el salón de un hotel. Cada ocasión es única y cada momento distinto. Hay que tenerlo en cuenta a la hora de elegir qué nos vamos a poner.