Protocolo JMJ. Protocolo eclesiástico.

El riguroso protocolo eclesiástico está lleno de ritos y formalismos difíciles de romper.

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Protocolo Jornada Mundial de la Juventud.

El protocolo de la Iglesia es riguroso, desconocido e inquebrantable, pero a veces esto último no puede evitarse. José Carlos Sanjuán, portavoz de las Jornadas Mundiales de la Juventud 2011 (JMJ), recuerda una anécdota de la última visita de Juan Pablo II a España. Un niño que acudió a Barajas para recibirle se abalanzó sobre él, rodeó su cuello y le plantó dos besos en la mejilla.

"Es que me recordaba mucho a mi abuelo, él también tenía el pelo blanco", alegó el pequeño.

Sanjuán considera que este tipo de anécdotas, a pesar de que se saltan el protocolo, "son simpáticas y emotivas". Pero no es lo normal y cualquier viaje del santo padre cumple un riguroso rito de saludos, vestuario, cordialidad y formalismos.

Quién viene.

Al margen de cargos públicos oficiales, cuando el Papa anuncia una visita a un país, autoridades eclesiásticas de todo el mundo solicitan su asistencia al Arzobispado de la ciudad elegida, en este caso Madrid.

"Esperamos en torno a 1.000 y 1.200 representantes de la Iglesia" de diversas partes del mundo, ha precisado Sanjuán a RTVE.

Desde Roma, asisten el Consejo Pontificio de Laicos y el séquito del Santo Padre, formado por los ministros de la secretaría del Estado Vaticano, dirigido por Tarcisio Bertone.

También viajan a Madrid el nuncio apostólico de su santidad y los cardenales españoles que viven en Roma, y es que es habitual que cuando el papa visita un lugar, los cardenales nacionalizados en él y que vivan en Roma le acompañen.

Jerarquía eclesiástica.

El Papa es la mayor autoridad de la Iglesia, seguido por los cardenales, que según ha explicado Sanjuán son "los príncipes" de la institución.

El tercer puesto en el organigrama lo ocupan los arzobispos, seguidos por los obispos, y en el escalafón más bajo se encuentran los sacerdotes, que pueden ser curas o párrocos.

Durante los oficios, y como manda el protocolo, los cardenales aparecen junto al santo padre, y se colocan por orden de la fecha de su nombramiento, quedando más cerca del papa los más antiguos.

El saludo.

La forma de saludar al papa, al igual que a cualquier autoridad de la Iglesia, es besando su anillo, al menos, esa es la "obligación que tiene quien profese la religión católica", aclara Sanjuán.

"Besar el anillo es obligatorio para quien profese la religión católica"

Los no creyentes deben saludarle "con el respeto que merece un jefe de Estado", por ejemplo dándole la mano, y en ningún caso besando sus mejillas.

A los cardenales se les trata de eminencia, a los arzobispos de excelencia y a los obispos de ilustrísimo.

Vestuario.

La prenda de los representantes eclesiásticos es la sotana, y el color general es el negro, excepto para el papa, que para distinguirse viste de blanco. No obstante, hay matices que diferencian las escalas jerárquicas.

Los cardenales utilizan un fajín y un solideo (el pequeño gorro que cubre la cabeza) de color rojo, para simbolizar su fidelidad al papa, mientras que el que llevan los arzobispos y obispos es púrpura.

El solideo recibe ese nombre porque solo en el momento de la Consagración se descubren para mostrarse ante Dios.

Obsequios.

Generalmente, las autoridades públicas entregan regalos a su santidad, pero este no es un acto espontáneo, sino que se acuerda previamente.

Para esta ocasión, por ejemplo, Benedicto XVI entregará un mosaico sobre el palacio de la embajada española ante la Santa Sede en Roma al rey Juan Carlos I, y una pluma estilográfica con el baldaquino de Bernini de la basílica de San Pedro para el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

No es normal ver a gente anónima entregar regalos a su santidad. Desde las JMJ explican que eso interrumpiría al Papa mientras saluda a la gente, además de que es algo que evitan por motivos de seguridad, pues los presentes deben pasar un control previo.

Las JMJ se celebran cada dos años. El destino lo decide el Vaticano, y es el Papa quien lo anuncia tras la misa que clausura estos actos.

El domingo 21 de agosto, tras el oficio que tendrá lugar en Cuatro Vientos (Madrid), Benedicto XVI desvelará donde se celebrarán las JMJ de 2013.