¿De pelea con las buenas maneras?

¿Es tan difíícil regalar una sonrisa, una palabra amable, un mí­nimo de buenas maneras?

La Opinión Austral.

 

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Pelea frontal y a muerte la que tienen algunas personas de nuestra ciudad con las buenas maneras, y si no hay que verlos cuando de brindar un "buen servicio" se trata y acudimos a ellos para que nos informen, ayuden o aclaren alguna duda que se nos presente, y ni qué decir cuando estos personajes ocupan un cargo de cierta relevancia, pues dejan ver que con un poco más de poder en sus manos, tendríamos que pensar más de una vez si les hablamos o no.

¿Es tan difícil regalar una sonrisa, una palabra amable, un mínimo de buenas maneras? ¿Se han puesto alguna vez en los zapatos del otro para saber lo mal que nos sentimos cuando somos atendidos de mala forma? ¿Nunca han estado del otro lado? Me parece que este tipo de personajes deberían antes de ocupar ciertos cargos de acceso y atención al público, tomar un curso de relaciones públicas y así entender que con buenas maneras y un buen servicio, se hacen y le hacen la vida más fácil al que esta del otro lado del mostrador.

También creo que en las empresas que prestan servicio de atención al cliente, sus directivos o encargados tendrían que supervisar en que forma se desempeñan sus empleados, y si no de otra manera, ubicarlos en puestos en los que sólo se limiten a desempeñar una función mecánica, donde claramente no tengan ningún contacto con el público, ya que finalmente este tipo de personas son la cara de la empresa y están representando a sus directivos y al servicio que supone quieren dar y que con su actitud llevarán, con el tiempo pero con toda seguridad, al fracaso de sus compañías.

Las buenas maneras hablan de la formación que hemos recibido en nuestros hogares y somos afuera el reflejo de esa educación donde quedará claro que tristemente no hacemos honor a la que recibimos de nuestros padres.