Qué decimos con el cuerpo cuando hablamos. Australia.
Siempre que hable recuerde no perder el contacto visual con su interlocutor.
Los gestos que acompañan a nuestras palabras.
En cualquier conversación que mantenga con otras persona no hay que hacer demasiados aspavientos o movimientos con las manos; hay que tratar de ser lo más comedidos posibles en cuanto a los gestos. Siempre que hable recuerde no perder el contacto visual con su interlocutor, o interlocutores. Mirar hacia abajo puede denotar falta de interés, por su parte -también timidez, inseguridad...-.
Hay que sentarse de forma correcta en la silla. Ni demasiado al borde, lo que podría indicar que usted tiene una cierta prisa por terminar o irse (también puede denotar nerviosismo o inseguridad), o sentarse demasiado cómodamente, lo que coloquialmente podríamos llamar, repantingarse, que puede dar una sensación de pasotismo, dejadez o bien de importarle poco el tema.
Los brazos deben estar sobre la mesa, no escondidos debajo de ella. La mejor posición es, como en una mesa de comedor, apoyados por el antebrazo. Procure no cruzar los brazos, que pueden dar una sensación de rechazo o de estar a la defensiva. Tampoco apoye la cabeza sobre su mano, ya que puede dar la sensación de aburrimiento o desgana.
Si están en un restaurante y desea llamar la atención del camarero, no lo haga a voces. Puede hacer un gesto con la mano para llamar su atención, doblando la palma de su mano ligeramente. Este gesto será suficiente para llamar la atención del camarero.
¡Cuidado con ciertos gestos!
En la mesa debe procurar no rascarse la cabeza u otras partes del cuerpo, meterse el dedo en la nariz o las orejas o bien simplemente bostezar (y si lo hace, ponga siempre delante de la boca su mano). Para indicar que algo ha estado bien expréselo mejor con palabras y evite hacer cualquier otro gesto como el signo de la victoria (hacer la V con los dedos) o bien levantar el pulgar como símbolo de perfecto, todo bien. Estos gestos no son apreciados entre los australianos, al menos en el ámbito de los negocios.
No se le ocurra hacer un "guiño" a nadie, y mucho menos a una mujer. Es una falta de educación, un comportamiento poco adecuado y una vulgaridad digna de una persona poco educada. Aunque sea una broma, este tipo de gestos no son correctos.