Regalar en Malasia. Obsequios y negocios. Quedar bien con un regalo
Cuando hacemos un regalo queremos demostrar agradecimiento o afecto
Reglas de etiqueta para hacer regalos en Malasia
En Malasia no es correcto hacer un regalo a una persona que acabamos de conocer. Para hacer un regalo debemos tener una cierta confianza con la otra persona. Este conocimiento puede venir dado por una relación social o profesional previa. O bien puede tener su origen en algún tipo de amistades comunes.
Si nos aventuramos a hacer un regalo obviando estos principios corremos el riesgo de que el regalo sea malinterpretado -generalmente como una forma de 'influir' en las decisiones-. Mucho más cuidado debemos tener si tratamos con funcionarios o personal de las administraciones públicas. Malasia cuenta con una agencia contra la corrupción que tiene unas normas muy estrictas a este respecto. Cualquier indicio de soborno o corrupción puede acarrearnos serios problemas.
Una vez que hemos establecido una relación con nuestros colegas, si hacemos algún tipo de regalo debe ser de un valor moderado y nada ostentoso. El regalo se hace para agradar no para ofender, molestar o poner en un compromiso. Si nos hacen un regalo a nosotros, debemos corresponder con otro de características similares. No debemos tratar de ser más 'generosos' para quedar por encima.
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A diferencia de las culturas occidentales, no se abren los regalos en presencia de la persona que los regala. Si recibimos un regalo, damos las gracias, pero no abrimos el regalo en ese mismo momento. Su creencia es que, no abrir el regalo delante de la persona que hacen ese regalo evita situaciones incómodas y pasar por un momento embarazoso, en algunas ocasiones. Razón no les falta, porque algunas veces hay que "disimular" mucho ante cierto tipo de regalos.
Los regalos se reciben con ambas manos y las palmas hacia arriba. Como recibiendo una ofrenda. Nosotros debemos actuar de la misma manera que ellos, aunque no sea nuestra costumbre. Cuidado con los regalos que van de un hombre a una mujer. Hay que elegir un regalo "muy neutro", pues se podría interpretar como algo que no es (por ejemplo, un interés personal). Si hacemos un regalo a una mujer, podemos explicarle que nos ayudó nuestra mujer o nuestra secretaria a elegirlo. Este 'apoyo' nos puede descargar de cualquier tipo de mala interpretación.
Detalles publicitarios, regalos de empresa y regalos sociales
Podemos llevar algunos obsequios preparados en caso de que nos sorprendan con algún regalo inesperado -cosa que no suele ser habitual-. No debemos confundir un agasajo o recibir ciertas atenciones con los regalos. Si, por cualquier razón, tenemos la necesidad de hacer un regalo imprevisto, podemos acudir a un establecimiento especializado para que nos aconsejen.
Hay que diferenciar los regalos de empresa de los regalos, vamos a llamarlos, sociales. Es habitual, cuando nos surge un compromiso social -no todos- tener algún tipo de detalle con los anfitriones.
Los regalos de empresa deben ser siempre prudentes y, generalmente, prácticos: material de escritorio, calculadoras, relojes y otros objetos de electrónica, agendas, etcétera. También es una buena opción libros de arte o de información sobre nuestro país de origen (su historia, sus monumentos, su gastronomía, etcétera).
Los regalos sociales o de compromiso, suelen ser principalmente productos gastronómicos como unos bombones u otros chocolates, dulces o algún producto típico de nuestro país, una botella de vino u otro licor -cuidado con la religión que profesan-... pero también unas flores, un libro o cualquier otro detalle, nunca personal, puede ser un regalos adecuado.
'Vestir' bien un regalo: el envoltorio
Tan importante como el regalo es presentarlo con un buen envoltorio, ya que es la carta de presentación de un regalo. Cuando tengamos que elegir un envoltorio no debemos utilizar nunca el color blanco, asociado con la muerte y los ritos funerarios. Tampoco son aconsejables los colores amarillo, azul y negro.
Dada la variedad de etnias que hay en el país, como hemos comentado en otros artículos de esta sección, vamos a dar algunas pautas para hacer regalos en función de estas etnias.
Regalar a los malayos étnicos.
Si nos invitan a una casa debemos tener un detalle con los anfitriones y llevar un pequeño obsequio, nada demasiado caro u ostentoso. Un detalle práctico o algún libro sobre nuestro país puede ser un buen detalle. También son bien aceptados, aunque a nosotros nos parezcan algo personales, algún tipo de perfume sin alcohol para las señoras, camisas de algodón para los caballeros y algún tipo de juguete para los niños.
Cuidado con los obsequios gastronómicos: bombones, dulces o similar. Cuidado con los productos típicos de nuestro país que puedan llevar carne o productos similares. El mismo cuidado debemos tener con el alcohol, hay que tener en cuenta sus creencias y las prohibiciones. Los productos de piel es mejor evitarlos para no confundir algún tipo de piel que pueda estar mal visto regalar.
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Los regalos no se entregan al llegar, como se hace en otros países, sino que se entregan poco antes de irse. Como hemos comentado anteriormente, ellos no van a abrir el regalo delante de nosotros. Si nos hacen un regalo, tampoco nosotros debemos abrirlo delante de ellos.
Los regalos los debemos entregar con la mano derecha solamente. No se entregan con las dos manos, a diferencia de otras etnias. La importancia del envoltorio hay que tenerla en cuenta, sobre todo en cuanto al color del papel. El blanco no es un buen color pues está relacionado con la muerte y los ritos funerarios. Los colores que mejor se adaptan a sus gustos con el rojo y el verde.
Regalar a los malayos musulmanes.
Hay que tener un cuidado especial a la hora de regalar a los malayos musulmanes debido a sus creencias, las cuales respetan a rajatabla. Mucho cuidado de no regalar: alcohol, productos con carne de cerdo, objetos personales, figuras con forma de perro (animales que consideran sucios), tampoco juguetes con este forma, figuras, fotos o cuadros con mujeres desnudas o semidesnudas, etcétera.
Podemos optar por regalar pequeños objetos electrónicos, libros sobre nuestro país (historia, monumentos, gastronomía, etcétera) algún objeto para la casa y cualquier otro tipo de pequeños obsequio de los que llamamos neutro.
Regalar a los malayos chinos.
Tal y como nombramos en nuestro capítulo sobre el protocolo en China, los chinos tienes la costumbre de "negar un regalo" tres veces. Es decir rechazan de forma cortés tres veces cualquier obsequio que les ofrezcamos. Pero debemos insistir pues solo se hace por pura cortesía. Es una manera muy protocolaria de recibir los regalos.
Una vez que hemos conseguido que acepten el regalo, debemos mostrar su agradecimiento por que el regalo haya sido aceptado por ellos de buena gana y con su buena disposición.
Si nosotros recibimos un regalo, debemos actuar de la misma manera que lo hacen ellos; rechazando en un principio el regalo y aceptándolo después de dos o tres tímidos rechazos.
Si regalamos flores, no olvidemos que debemos regalar un número par. Si regalamos en número impar puede ser percibido como un presagio de mala suerte. Si regalamos un juego de vasos, de platos, etcétera, debemos hacerlo también en número par.
Si queremos regalar algún tipo de alimento, aunque suelen ser bienvenidos, los más agradecidos dentro de este grupo son los dulces y las cestas de frutas. Si nos invitan a un almuerzo o cena, no debemos llevar como regalo alimentos. Mejor es decantarse por otro tipo de obsequios.
Si tenemos una cierta relación con el personal de servicio y amistad con una familia con niños, durante el Año Nuevo Chino se suele dar una propina (un sobre rojo con dinero) a los niños y al personal del servicio. A esta propina se la conoce como "Hong Bao". Al igual que en todos los regalos que incluye varios elementos, debemos regalar dinero en número par y siempre que podamos, en billetes nuevos.
La cantidad a entregar es muy relativa, y de acuerdo a nuestras posibilidades. Muchos empresarios suelen entregar un "Hong Bao" equivalente al sueldo de un mes. Este tipo de regalo a los empleados más que una tradición es una obligación, como pueden ser las pagas extras en muchos países europeos.
Si estamos pensando en hacer un regalo, debemos tener cuidado con el color del papel. Las mejores opciones para elegir el color del papel, son el rojo y todos los tonos derivados de este color: burdeos, rosa, etcétera, y también es muy bien valorado la gama de los dorados. No olvidemos que el envoltorio es tan importante como el regalo para ellos, pues valoran mucho el arte y cuidado que se pone en 'vestir' un regalo.
No es demasiado adecuado utilizar un papel de color blanco, negro o azul. Tampoco se deben regalar cuchillos, tijeras, navajas y cualquier otro instrumento de corte. Para ellos es un presagio o augurio de cortar una relación o una amistad. Tampoco se deben regalar objetos relacionados con los funerales o ritos funerarios como por ejemplo sandalias de paja, cierto tipo de flores, pañuelos de color blanco, relojes (por lo que el tiempo representa), etcétera.
Regalar a malayos indios.
Hay que tener mucho cuidado con los regalos gastronómicos pues los malayos hindúes no toman carne de vacuno o de res. De la misma manera debemos tener cuidado con las agendas de piel, carteras piel, etcétera. Para evitar malas interpretaciones es mejor no regalar este tipo de objetos que contengan o estén hechos de piel.
Es un detalle por nuestra parte no vestir con este tipo de piel cuando visitamos a nuestros anfitriones o a colegas de otras empresas.
A diferencia de los chinos los regalos en número impar para ellos es símbolo de buena suerte. Los números impares preferidos para muchos de los malayos hindúes son el 1, el 11 y el 17. Y así sucesivamente, si hay que regalar en más cantidad. Hay que tener cuidado con no hacer regalos con 3 o múltiplos del 3, porque para ellos eso trae mala suerte.
Si regalamos flores además de hacerlo en número impar, debemos tener cuidado con el tipo de flor que regalamos. Por ejemplo, la conocida Fragipani (flor utilizada por los hawaianos para hacer sus famosos collares de flores) es utilizada por los malayos hindúes para sus ritos funerarios.