Invitar a comer. Las comidas de negocios
No debemos utilizar la mesa del restaurante como si fuese una mesa de oficina. Nada de llenarla de papeles, carpetas, ordenadores portátiles y dossiers
Las invitaciones a comer en el mundo empresarial. ¿Cómo comportarse?
Las reuniones de trabajo que se hacen en una oficina, en algunas ocasiones, tienen su prolongación a la hora de la comida en un restaurante. Es una manera, más informal, de continuar con nuestro esfuerzo por lograr tener éxito en unas negociaciones que se prolongan fuera de la oficina.
Puede que la hora del almuerzo no sea el momento más adecuado para explicar detalles demasiado profundos o técnicos de un proyecto o propuesta, pero si lo puede ser para comentar aspectos más generales sobre lo que se ha tratado en la reunión previa en la oficina. Desde luego que no debemos utilizar la mesa del restaurante como si fuese una mesa de oficina. La mesa la debemos utilizar para comer, pero nada de llenarla de papeles, carpetas, tabletas, ordenadores portátiles y dossiers. Una cosa es comentar algunos aspectos o detalles sobre el tema y otro es utilizar la mesa del restaurante o el reservado como si fuera una oficina.
Todo nuestro esfuerzo se puede ir al traste si nuestros modales no acompañan a nuestras propuestas de negocios. Una persona maleducada y con malos modales en la mesa tendrá bastantes "papeletas" para fracasar en sus negociaciones. Aprender a utilizar de forma adecuada los cubiertos en la mesa , a saber hacer un saludo , a utilizar el tratamiento adecuado, etcétera, es fundamental para cualquier persona en cualquier entorno pero en el ámbito de los negocios, seguramente, más.
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Cuidar la imagen y el aspecto en general
Empezaremos por vestir de forma correcta. Ello no quiere decir que haya que ir vestido de una forma aburrida o triste. Solo se aconseja ir vestido de forma apropiada para la ocasión. La moda impone sus tendencias, pero hay que tener una cierta "personalidad" a la hora de vestir. La primera impresión es la que cuenta, y es muy difícil cambiarla posteriormente. No descuidemos el apartado del vestuario -ni por exceso ni por defecto-. Es una buena opción dedicarle unos minutos de nuestro tiempo a elegir un buen conjunto de prendas para acudir a una reunión de trabajo -ponerse lo primero que encontremos por ahorrar tiempo puede ser una mala decisión-.
Ni que decir tiene que el aseo personal es fundamental. Un pelo sucio o mal cortado, unas uñas desarregladas, una barba descuidada, etcétera, son elementos importantes para tener una buena imagen personal. No solo el vestuario es suficiente para dar una buena imagen. El aspecto general es un conjunto de 'cosas' que abarcan desde el vestuario hasta el aseo personal.
Organizar la comida: reglas de etiqueta
Llega la hora de la comida. Si nosotros somos quienes hacemos la invitación debemos encargarnos de todos los trámites -nosotros o alguno de nuestros empleados: nuestro secretario o secretaria, nuestro ayudante o asistente...-: tendremos que elegir restaurante (podemos consultar o tratar de informarnos sobre los gustos de nuestros invitados), reservar la mesa y pagar la cuenta.
Al llegar al restaurante, lo habitual es que pasemos primero guiando a nuestros invitados hasta la mesa -generalmente acompañados por el personal de servicio del restaurante-. El orden, a la hora de sentarse, dependerá del interés por hablar con una u otra persona. Si nuestros invitados lo desean, nosotros podemos elegir por ellos al conocer mejor la carta y los platos típicos de nuestra zona o región. No obstante, puede ser mejor opción que elegir por ellos, hacer alguna recomendación o sugerencia, dejando a la libre elección de cada invitado el plato que prefieran.
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Si la reunión va a continuar después de la comida es aconsejable no pedir alcohol, o beber lo menos posible para evitar cualquier tipo de interferencia de éste en las horas de trabajo posteriores -recuerde el dicho "es bueno tomar consejo del vino... pero las decisiones importantes se toman con agua"-.
Si algún invitado a la comida llega tarde, es correcto esperarle unos minutos de cortesía. Si el retraso es mayor de unos minutos, podemos comenzar sin él.
La mesa, salvo situaciones excepcionales, no es el sitio adecuado para realizar presentaciones, intercambiar tarjetas, etcétera. Todas esas acciones se habrán llevado a cabo previamente en la oficina. Puede darse el caso de alguna incorporación posterior. En este caso, puede tener justificación las presentaciones, intercambios de tarjetas o cualquier otra acción similar.
Los móviles deben estar apagados durante la comida. Y a ser posible no debemos ponerlo encima de la mesa como si fuese un cubierto más. Los móviles y otros objetos (llaves, cartera, etcétera) fuera de la vista.
El comportamiento de los invitados en la mesa
Los invitados (si somos nosotros los invitados debemos hacer lo mismo), serán comedidos en sus peticiones. Cuidado con los platos caros o poco adecuados al motivo de la comida. Una comida de negocios no debe convertirse en un banquete. No es una celebración sino una comida de trabajo. No se debe abusar porque uno no sea el que paga la cuenta.
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Aunque sea una comida de trabajo (de negocios) el tema no tiene por qué ser solamente el trabajo. Se puede dejar el tema para los postres. Durante la comida es mejor hablar de otros temas más generales. No obstante podemos dejar que sea la otra parte la que inicie la conversación de negocios.
Si la reunión continua por la tarde no es bueno alargar demasiado la sobremesa. Si la comida sirve como despedida, no hay continuación por la tarde, la sobremesa puede ser algo más larga (dependiendo de las obligaciones laborales de cada uno de los participantes en la comida). Por supuesto que hablamos de almuerzos. En el caso de ser una cena, este apartado es de menor importancia. Por ello es considerado que los almuerzos de negocios tienen un carácter más laboral y las cenas un carácter más social.
La cuenta la paga quien invita. Debemos evitar la típica escena de varias personas intentando pagar la cuenta. Si nosotros somos los invitados, no debemos intentar pagar la cuenta.
Resumiendo, un agradable encuentro en torno a una mesa, con una buena conversación y entre personas con buenos modales suele añadir muchos puntos a nuestro favor para lograr el éxito en nuestros negocios. Hasta las situaciones más adversas pueden transformarse de forma cordial sabiendo "utilizar" nuestra buena educación.