Invitados roñosos. ¿Es mejor no hacer un regalo que hacerlo de mala calidad o de un valor ínfimo?

Los regalos deben guardar unas mínimas normas de calidad y ser acordes a la ocasión. Los regalos que podemos llamar baratijas puede dejarnos en mal lugar

 

Invitados roñosos. Los regalos y los invitados poco 'generosos' o un poco tacaños protocolo.org - foto base FP Pro

Los regalos y las personas 'poco generosas'

Hemos comentado en el portal en múltiples ocasiones que un regalo se hace para agradar, sorprender y agradecer. Es un muestra de cariño y de afecto por alguna razón -favor, ayuda, mediación, etcétera-.

Un regalo debe tener unos estándares o "mínimos"  de calidad y guardar una cierta relación, tanto en calidad como en precio, en relación al motivo por el cual se regala. Para tener un mal detalle es mejor no tenerlo. Un mal regalo es como un mal gesto, mejor evitarlo porque puede llegar a molestar a la persona que lo recibe.

Un regalo debe cumplir con las expectativas que queremos 'cubrir'. Corresponder a una invitación, demostrar agradecimiento por un favor hecho, celebrar un cumpleaños, etcétera.

Hacer un mal regalo, puede llegar a molestar a la persona destinataria del mismo. Además, un regalo 'molesto' dice muy poco en favor de la persona que hace ese obsequio. Es mejor poner una excusa cualquiera, que hacer un mal regalo. E incluso, se puede decir la verdad, si el momento económico por el que pasa no es el más idóneo para hacer un buen regalo, y no quiere regalar algo de mala calidad o poco apropiado.

Recibir un regalo con la mejor de las sonrisas

Tampoco la persona que recibe el regalo debe ser demasiado crítica, sobre todo cuando no sabe, de manera fehaciente, el esfuerzo que ha tenido que hacer una persona para hacer ese regalo. Puede que tenga más valor un pequeño detalle hecho por una persona que no dispone de mucho dinero, que algo similar de alguien que si puede hacer un regalo mucho más generoso. Cuidado a la hora de tachar a alguien de roñoso. Un poco de respeto y comprensión.

Un regalo no hay que valorarlo por su precio sino por el detalle, por el cariño que ha puesto la persona que lo regala y por el mensaje que se quiere transmitir con él (felicidades, enhorabuena, gracias, etc.). Se ha mercantilizado demasiado el tema de los regalos, sobre todo en determinadas celebraciones. Hay que poner una pizca más de cariño y sentimiento a la hora de hacer un regalo.

No olvidemos que un regalo debe ser una muestra de afecto, cariño o consideración. No se debe utilizar un obsequio como un 'arma' para molestar u ofender a otra persona.