Cuando el protocolo es otra ayuda. No sin protocolo
El protocolo ayuda a aplicar conductas que todo lo facilitan, lo hace más suave y natural. Se precisa dónde se ubica cada invitado y por qué allí
¿Es necesario tener conocimientos de protocolo? La utilidad del protocolo
Un amigo me invitó a un almuerzo y me dijo: "Ven tranquilo que esto va a ser sin protocolo". Me preocupé mucho. En un almuerzo sin protocolo se corre el riesgo de tomar al inicio las salsas del plato fuerte, saborear las entradas al final, catar el aperitivo después de los platos enjundiosos, ir con los postres en segundo lugar y el café con los saludos al llegar donde los anfitriones.
El protocolo no es algo que envare a la gente como si se tragara un paraguas. Ayudar a aplicar esas conductas todo lo facilita, lo hace más suave y natural. Se precisa dónde se ubica cada invitado y por qué allí. Quién se sienta a su derecha, quién a su izquierda. En qué orden se sirve cada cosa según la ocasión, la hora y la mesa.
Asumir un ceremonial no es embolatarse con rituales aturullados sino, al contrario, saber de manera concreta y simple qué hacer en una reunión de personas, cuándo enviar un mensaje, cómo expresarse en ocasión significativa.
Desde cuando los faraones venían a 'tender la cuerda' cada año para saber hasta dónde había llegado la bienhechora inundación del Nilo o 'azadonaban la tierra' para iniciar las siembras, estaba naciendo hace unos seis mil años la ritualidad colectiva.
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Hoy, en plena vigencia del mundo globalizado, saber dónde colocar las banderas y las flores o en qué orden sentar a los invitados o en qué sitio se ubica el presidente de una compañía o un funcionario de Estado o qué hacer con los cubiertos son hechos tan cotidianos que ojalá muchas personas sepan manejarlos idóneamente.
Se nos ha enseñado que la realidad se compone de lo real, lo simbólico y lo imaginario. El protocolo aplica en todos los casos porque informa sobre los hechos humanos exteriores, nutre sobre los significados representativos y precisa el lugar que ocupan en la mente de las mayorías. En términos de mercadeo, nos describe un producto, (Cocacola), le atribuye un valor figurado (la 'chispa de la vida') y le determina su lugar en la mente del consumidor (alcanza o no el 'top of mind').
Esas categorías son válidas en más actividades. Por eso, aprender de protocolo ya no es para señores que huelen a naftalina o para señoras de relaciones públicas que brincan de fiesta en fiesta. El ceremonial tiene lugar cada día al subir a un automóvil, al iniciar una reunión de negocios, al hablar con un funcionario, al escribir el más democrático y cotidiano derecho de petición.
"Aprender de protocolo ya no es para señores que huelen a naftalina"
Hacía días Cali no era sede de un certamen internacional de significado. Desde hoy, reunirá a expertos españoles, rumanos, argentinos y húngaros en el Primer Encuentro del Protocolo España-América. Una ocasión para que el nombre de Cali resuene en el ámbito internacional por algo más que violencia, narcotráfico, fútbol, hembritas o salsa.
La ciudad se puede sentir orgullosa de que, por primera vez, los españoles hayan sacado su gran certamen de ceremonial, heráldica, nobiliaria, genealogía y protocolo de los palacios de la hermana mayor y hayan escogido una sede de las Indias. Cali es la agraciada. Un aplauso para el alcalde Jhon Maro Rodríguez por este evento de ciudad. Cali está de fiesta. Y de las solemnes.