Reglas de cortesía y buenos modales para las niñas. I.
Reglas sencillas de cortesía, de buenos modales y de instrucción para las niñas.
Reglas de cortesía y buenos modales para las niñas.
1. ¿Qué es la cortesía?
La cortesía es la habitud de portarse con todos, así en palabras como en acciones, con agrado, delicadeza y circunspección.
2. ¿La cortesía forma parte de la virtud?
La cortesía, cuando es afectada, es una parte de la virtud, por cuanto es la manifestación natural de nuestras acciones y respeto con los demás, fruto el más bello y precioso de una educación esmerada.
3. ¿Cómo ha de ser la cortesía en las niñas?
En las niñas, sobre todo, nacidas para el agrado y el cariño, la cortesía ha de ser como innata y habitual. Una niña grosera, atolondrada o descortés es un contraste desagradable y hasta repugnante.
4. Resultados de una buena educación.
A las madres de familia sobre todo, y a las que se hallan encargadas de la educación de las niñas toca estudiarlas, formarlas, dirigir y utilizar sus cualidades, para que puedan hacer su propia felicidad y la de las personas con quienes hayan de vivir.
5. ¿Qué debe procurarse en las niñas?
Las niñas como destinadas a ser el ornamento de la sociedad y de la familia, nacen por lo regular con disposiciones felices, cuyo aprovechamiento debe procurarse con todo esmero, pues de viciarlas pueden resultar graves males y terribles conflictos.
6. ¿Cuál es el primer sentimiento que la naturaleza inspira a las niñas?
El primer sentimiento que la naturaleza les inspira es la timidez, que más adelante es el pudor; la timidez lleva consigo la modestia, y aplicada a circunstancias más minuciosas, se llama circunspección.
7. ¿Qué debe producir en las niñas el conocimiento de su propia debilidad?
El conocimiento de la propia debilidad es lo que debe producir en ellas la desconfianza de sí mismas , y el temor de desagradar que muy pronto se convierte en un vivo e irresistible deseo de agradar. Por esto la niña debe ser muy cautelosa en el hablar, violentando alguna vez aquella viveza natural de su espíritu que se llama curiosidad, y que la impele a saber solo por complacencia lo que no le interesa ni le pertenece.
8. ¿Qué diremos del espíritu de la curiosidad?
El espíritu de curiosidad echa a perder muchas veces las prendas más estimables del corazón. La sobriedad en el hablar y en hacer preguntas, limitándose a las que puedan interesarle, es una prenda muy preciosa en una niña. Preciso es refrenar cuanto se pueda el espíritu de curiosidad. En esto despunta ya su discreción, y cuando va acompañado de unos ojos modestos y de un semblante ruboroso, forma de la niña un inocente embeleso para cuantos la rodean.
9. ¿Qué otro extremo debe evitarse?
Mas la discreta retención en las palabras y preguntas no debe declinar en cortedad ni apocamiento. La niña debe expresarse con soltura y despejo cuando a ello es invitada; pero de los dos extremos siempre será preferible la tímida reserva al locuaz desparpajo. Jamás hable con tono de seguridad y de suficiencia; no se entrometa en lo que no entienda; hable siempre con desconfianza de sí propia, y escuche con gusto y con gratitud los avisos y correcciones de sus superiores y los consejos de sus iguales.
10. ¿Cómo habrá de portarse en el hablar?
Si bien el silencio que se guarda delante de personas respetables que están en conversación es prueba de discreción y cordura; húyase de ese afectado silencio que convierte a la niña en una estatua cuando pueda terciar en una conversación familiar y seguida. Atiéndase siempre a la clase de las personas y al asunto de que se trata, y no se crea que una mudez absoluta sea siempre una señal ni de talento ni de buen tono.
Algunos no se dignan abrir jamás sus labios, Y piensan que con esto imitan á los sabios.
11. ¿Cómo hablará de sí propia y de las demás?
Sea muy cauta la niña en hablar de sí misma, de los de su familia, de lo que pasa en su casa y en la de otros. Solo con mucha oportunidad hablará de sí misma, y jamás con elogio. Calle de los otros lo que no les sea favorable, aun cuando se vea invitada a ello por la indiscreción de los demás. Esta resistencia hará mucho favor a la nobleza de sus sentimientos.
12. ¿En qué ha de ser reservada principalmente una niña?
Sea reservada en todo cuanto conozca que puede ofender. Una niña locuaz es imposible que no cometa muchas indiscreciones y que no hiera la reputación de nadie. Nunca tendrá que arrepentirse de haber hablado poco. La locuacidad, que con tanta frecuencia se achaca a su sexo, proviene en gran parte de no haberse acostumbrado a las niñas a refrenar la lengua.
- Reglas de cortesía y buenos modales para las niñas. I.
- Reglas de cortesía y buenos modales para las niñas. II.
- Reglas de cortesía y buenos modales para las niñas. III.
- Reglas de cortesía y buenos modales para las niñas. IV.
- Reglas de cortesía y buenos modales para las niñas. V.
- Reglas de cortesía y buenos modales para las niñas. VI.
- Reglas de cortesía y buenos modales para las niñas. VII.
- Reglas de cortesía y buenos modales para las niñas. VIII.