Lecciones de Reina.

La Reina se salta el protocolo en Marruecos.

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Maestra en comportarse como Reina, Doña Sofía dio ayer una lección a la esposa de Mohamed VI que nunca olvidará. Lala Salma Benani, casada con el joven Rey alauí en 2002, se prodiga poco -por no decir nada- en apariciones públicas. Por eso la jornada de ayer fue histórica, no tanto por que la Reina, ya curtida, visitara un centro para niños y jóvenes en un barrio deprimido, sino porque cogida de la mano llevaba a la Princesa marroquí, dándole un papel protagonista que ella nunca toma en estos actos. Doña Sofía sabía que al final de las alfombras esperaban los informadores gráficos y el paseíllo de llegada estuvo lleno de saludos, sonrisas, gestos y confidencias al oído entre las dos mientras los motores de las cámaras de fotos trabajaban sin cesar.

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Doña Sofía, sin olvidar nunca que se encontraba como invitada en Marruecos, se movía segura por las instalaciones y visitó junto a Lala Salma distintos talleres en los que niños y menos niños reciben formación. En el patio del centro, los más pequeños repartieron besos y abrazos que Reina y princesa recibieron encantadas. Unos metros más allá, varias niñas vestidas de negro representaron una coreografía en la que cada una de ellas representaba alguno de los derechos a los que no tienen acceso miles de menores en Marruecos: salud, enseñanza, comida, libertad, igualdad, amistad o democracia.

Rompió el protocolo.

Pero esa seguridad que le dan los años a la Reina fue más allá de Beni Makada y se atrevió a además a romper en el Palacio de Tánger el estricto protocolo de la Casa Real alauí. Tomando de la mano a la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, hizo que cumplimentara antes a la princesa Salma que a Mulay Rachid, hermano de Mohamed VI. Todo un órdago amistoso a la rigidez palaciega.