Dar la enhorabuena a un General por la victoria en una batalla.

Carta de felicitación. Dar la enhorabuena a un General por la victoria conseguida en una batalla.

El arte epistolar. Reglas teórioc-prácticas para escribir. 1819.

 

Imagen Genérica Protocolo y Etiqueta protocolo.org

Dar la enhorabuena a un General por la victoria en una batalla.

Excelentísimo Señor.

La desigualdad de fuerzas con que V.E. ha batido al enemigo, es una prueba nada equívoca de que no es la muchedumbre quien vence; tampoco el valor de las tropas; pues que se ha visto el heroismo y desesperada obstinación con que las tropas enemigas peleaban, y el horrible despecho con que bárbaramente se arrojaban al fuego y a las bayonetas de nuestros serenos y animosos soldados, donde aquellas hallaban una muerte tan cierta como inútil.

Ni menos podrá atribuirse la victoria a las ventajas del terreno; supuesto que el lugar de esa sangrienta memorable escena era una inmensa llanura despejada. Las tropas de uno y, otro ejército igualmente aguerridas y maniobreras. Es preciso pues confesar, que la victoria ha consistido únicamente en la cabeza de nuestro general acreditado.

Si, Señor Excelentísimo, las sabias disposiciones de V.E. aquel orden de marcha tan exacto, aquel conocimiento tan preciso de las fuerzas enemigas, y de la disposición en que se hallaban, aquel golpe de vista tan correcto con que V.E. percibió infaliblemente el punto débil del enemigo, para cargarle con nuestras mejores tropas; aquel orden de batalla sacado sin la menor detención del orden de marcha, y que por ello no pudo el enemigo preverlo; aquel modo de encubrir este movimiento con tanta rapidez y maestría ejecutada, aparentando con la vanguardia maniobras del todo diferentes, y embozando con las numerosas guerrillas y su continuo fuego los movimientos de nuestras veloces falanges que abalizaban a la carga, sin haber sido descubiertas hasta el momento de hallarse sobre las filas enemigas, donde ya se había comenzado a introducir el terror por el fuego de nuestras tropas ligeras, y la artillería que las batía de soslayo; todas estas combinaciones, digo, de que solo es capaz un sabio y experimentado General como V.E. es lo que nos ha proporcionado una victoria, que debe decidir la suerte de tan obstinada, y para todos, tan funesta guerra.

Nada digo de la destreza con que V.E. se sirvió de la caballería para desordenar enteramente las huestes enemigas, derrotarlas, perseguirlas, y coger el fruto de la victoria; porque sería entrar en pormenores inacabables.

¡Oh! gloria a un General que de este modo sabe redimir una nación, que sin él llevaría largos lutos, y calzaría duros grillos.

Reciba pues V E. mil parabienes por tamaña victoria, y plegue a Dios colmarle de tantas bendiciones como merecen los inmarcesibles laureles de que la docta frente de V.E. acaba de ceñirse.

Barcelona a 14 de abril de 18..

Excelentísimo Señor.

De V.E. el más atento y reverente
servidor y súbdito.

Q.B.L.M. de V.E.