Historia del beso como saludo

El origen del beso, parece ser que fue como expresión de afecto, y era aquel que daba la madre a sus hijos

 

Beso como saludo. Breve historia del beso como saludo. ¿Desde cuándo nos besamos para saludar? foto base Priscilla Du Preez - Unsplash

Breve historia del beso como saludo. ¿Desde cuándo nos besamos para saludar?

Hoy en día se besa a los conocidos, a la familia, a los amigos y en general a todas las personas que nos presentan. Pero ¿cuándo se convirtió el beso en símbolo de saludo en vez de la expresión de afecto y amor?

El origen del beso, parece ser que fue como expresión de afecto, y era aquel que daba la madre a sus hijos; era una forma de manifestar cariño por alguien. Los romanos se besaban como forma de saludo. De hecho, distinguían tres tipos distintos de besos. El osculum era el beso social o protocolario; el basium era el beso que se daban los amigos y las personas de confianza; y por último estaba el suavium que era el beso dado en el ámbito más íntimo, en las relaciones amorosas o de pareja.

 Por su parte, los griegos besaban a otras personas en distintas partes del cuerpo, mano, pecho, frente...

Pero el beso no evolucionó como expresión de cariño entre personas adultas hasta el siglo VI, cuando empieza a surgir como una forma de afecto entre personas mayores y ya no solo en niños.

El beso se extendió por Europa y luego por el mundo como muestra de afecto entre dos personas, y más comúnmente entendido, como una forma de demostrar el amor por otra persona. Pero también el beso ha pasado su censura, y en plena Revolución Industrial el beso es censurado de forma pública, quedando reducido al ámbito privado. La gente no podía besarse en la calle.

En Asia, el beso en público, aunque fuera como saludo, no era bien visto. Incluso, en la actualidad, estas muestras de afecto en público son escasas. Los más ortodoxos lo consideran un práctica vulgar, un gesto poco educado.

En mayo del 68, el beso se convirtió en símbolo de rebeldía, por la censura impuesta. Al símbolo del amor, el beso unió un punto de rebeldía.

Cada beso, tiene sus matices. El principal matiz, está en su efusividad. No es lo mismo dar un beso como saludo social, que dar un beso a un familiar. Ya no digamos, el beso más intimo y amoroso. Por lo tanto, hay que saber 'medir' la efusividad al darlo para que un beso no 'quiera decir' lo que no queremos que 'diga'.

El salto del beso al ámbito público

No se conoce con certeza cuándo empezó el beso como saludo, pero si indican los expertos que el beso traspasa los límites del ámbito privado y empieza a utilizarse en público entre personas conocidas como saludo y cercanía a la persona que saludamos.

Si a una persona de mayor nivel social se le besaba la mano, por ejemplo a los cardenales, a los obispos, etcétera, como muestra de respeto, a una persona de igual a igual se le besaba en la mejilla, como muestra de afecto y cercanía. A las damas se las besaba la mano, pues era un atrevimiento besarles en la cara.

Históricamente, en algunos libros se habla de besar el suelo, cuando la persona que teníamos delante era de gran relevancia. En otras culturas como la celta, se decía que el beso tenía poderes curativos. En la Edad Media, el caballero que besaba a una dama estaba obligado a casarse con ella.

El beso ha servido para algo más que como forma de saludo. A lo largo de la historia ha servido para firmar contratos, para traicionar -el beso de Judas-, para dar la paz en la misa -se besaba a las personas que estaban sentadas a nuestra derecha e izquierda- e incluso para señalar a una persona -el beso de la muerte de la mafia-.

Es por ello que la evolución del beso como saludo, podemos decir que es bastante reciente; si nos atenemos a que, hasta hace solamente unos cuantos años, el beso era un tema prácticamente tabú, traspasar estas barreras hasta considerarse un acto socialmente bien aceptado, ha llevado mucho tiempo a nuestra sociedad. De hecho hay sociedades en las que, aún el beso no es considerado como una forma correcta de saludar.

Dar un beso como saludo en el mundo

Los Europeos (suelen dar dos besos, los franceses hasta tres o más), son las personas que más besan en las presentaciones, seguidos de los latino americanos (suelen dar un solo beso).

Las culturas orientales son las poblaciones que menos utilizan el beso como forma de saludo, incluso la evitan. 

Los norteamericanos (suelen dar un solo beso), lo utilizan de forma discreta. Es un gesto muy somero que hacen, sobre todo, la mujeres entre ellas.

El beso es cada día más común verlo como forma de saludo. Simplemente, prestando un poco de atención c cualquier telediario  noticiero podemos ver a la Reina besando a los premiados en una entrega de premios, o al Rey besando en una línea de recepción. Eso si, ellos pueden besar a una persona mayor, conocida suya o pariente, pero nosotros a ellos nunca. El uso del beso está muy extendido y generalmente admitido, siempre que se haga con discreción y respeto.

Por último, no olvidemos que no a todo el mundo le gusta que le besen. Seamos respetuosos.