¿Qué hacer con los regalos que no te gustan? Guardar, cambiar o regalar
Los regalos no deben pasar de mano en mano hasta poder llegar, con mucha mala suerte, a su origen
Si no acertamos con un regalo, ¿qué hacer?
Guardarlo, cambiarlo o regalarlo
Los regalos, en algunas ocasiones, se hacen para agradar y sorprender a una persona. Pero algunos de estos regalos, no suelen ser muy acertados, al menos para el gusto de quien los recibe. Y entonces surge la pregunta: ¿Qué hacer con esos regalos?
Es difícil responder a esta pregunta, por diversos motivos. Hay regalos y regalos. ¿Qué quiere decir eso? Que hay regalos que se pueden considerar de compromiso, hechos para cumplir y que no suelen tener una carga emocional o personal muy marcada. Pero, en cambio, hay otros, hechos con el corazón, con sentimiento, con cariño; la persona que lo regala ha puesto de su parte el mayor esfuerzo por agradar y acertar.
Cuidado con el efecto 'boomerang'
Un regalo puede ir de mano en mano hasta llegar a su origen. Es una cuestión de mala suerte -o de falta de prudencia-, pero se han dado algunos casos. También, pueden acabar en la casa de un amigo o familiar donde la persona que lo regaló lo puede ver -y por lo tanto deducir que fue "endosado" a esa persona-. Por todo esto es importante tener mucho cuidado con lo que hacemos con un regalo que no nos gusta.
Regalos de compromiso
Las personas con una vida social intensa suelen tener muchos compromisos, y muchos de estos compromisos suelen llevar consigo los llamados "regalos de compromiso". En algunos casos estos regalos son hechos como mero trámite social, no diciendo por ello, que no sean adecuados sino que son regalos, que en ocasiones, no son elegidos ni por la propia persona que los regala sino por una tercera persona.
¿Qué hacer con los regalos de compromiso cuando no gustan?
Salvo que lleve un exhaustivo control de todas sus amistades lo mejor es guardar ese regalo, regalarlo a una organización benéfica, pero nunca "ponerlo en circulación" regalándolo a otro amigo o conocido, pues seguramente acabará llegando al conocimiento de la persona que se lo ha regalado. Incluso es posible que lo vea en una próxima visita a la casa de la persona a la que usted se lo ha regalado.
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En algunos casos, es factible realizar un cambio en el establecimiento donde se adquirió. Es una buena idea, siempre que no tenga el mal gusto de recuperar el dinero. Esta opción no es demasiado elegante ni adecuada para personas bien educadas.
Regalos de corazón
En determinadas circunstancias de nuestra vida, aunque su vida social sea escasa, se verá en la necesidad de hacer un regalo de boda, pues ha recibido la invitación de un familiar o amigo cercano, deberá hacer un regalo para corresponder a un favor recibido o bien tendrá que hacer un regalo por cualquier otro motivo como los regalos del día de la madre o el día del padre .
En estos casos, se suele dedicar una buena parte de su tiempo a pensar y adquirir el regalo que cree más adecuado para lo ocasión. No duda en buscar y buscar para dar "en la diana" con su regalo y para tratar de agradar a los destinatarios del mismo.
Estos regalos tienen un valor intrínseco, a parte del propio valor material, el cariño. En general, muchas personas se vuelcan con este tipo de regalos poniendo algo más que dinero para adquirir estos regalos: ponen su corazón.
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¿Qué hacer con los regalos hechos con el corazón?
Si por mucho esfuerzo que hayan puesto sus amigos o familiares no han dado en el clavo con el regalo, lo mejor es guardarlo. Por nada del mundo, lo regale a otra persona o lo done a una asociación de caridad. No hiera de esa manera los sentimientos de sus amigos o familiares, Si no es mucha molestia para usted lo mejor que puede hacer es guardarlo, y si puede o quiere, debe sacarlo o lucirlo cuando sepa que vienen a visitarle. En último caso, puede cambiarlo e indicarle a su amigo o familiar las ventajas de este cambio, sin hacer en ningún momento referencia a que no le ha gustado.
No debe olvidar, que sea el regalo que sea (bien de los llamados de compromiso o de corazón) siempre debe mostrar su mejor cara y su mejor sonrisa. No es necesario deshacerse en alabanzas, pero tampoco ponerle pegas. Una simple sonrisa y una frase amable en ese momento, serán suficientes para pasar el momento.
Recuerde que antes de hacer un regalo es bueno informarse sobre los gustos del destinatario, si no los conoce. Lo mejor es informarse en su entorno más cercano, amigos y familiares, siempre con una gran discreción para que el interesado no sepa nada. Cuando haga un regalo no piense en usted, en lo que a usted le gusta, sino en lo que le gusta al destinatario. Si no puede tener información, medianamente precisa sobre los gustos del destinatario, piense en regalos típicos o neutros que suelen servir para quedar bien.
Resumiendo cuando un regalo no le gusta tenemos varias opciones para elegir la que nos parezca mejor.
Opciones para deshacernos de un regalo que no nos gusta
1. Cambiarlo. Hoy en día en la mayor parte de los establecimientos, es posible cambiar los artículos. Claro está que hay regalos que no se cambian como unas flores, unos bombones o una buena botella de vino, entre otros.
2. Guardarlo. Es una de las mejores opciones. Salvo que su vida social sea muy intensa y tenga que tener un verdadero almacén para poder guardar todos estos regalos que va recibiendo.
3. Regalarlo. Es una opción bastante extendida, sobre todo en regalos de boda. Regalar una de las cuberterías que le regalaron en su boda, o esa vajilla que no le gusta, o una de esas múltiples figuras que le "cayeron" en su boda. Estos regalos tienen un inconveniente. Si no controla con acierto a quien se lo regala puede acabar en casa de un amigo común, e incluso, por circunstancias diversas, en manos de la propia persona que lo regaló. Mucho cuidado con esta opción.
4. Donarlo. Una buena opción cuando son regalos que no le gustan, no le van a ser útiles y que son de personas que rara vez, por no decir jamás van a pisar su casa. Muchas instituciones benéficas pueden sacarle un buen partido a este tipo de regalos (tómbolas, sorteos, etc. para recolectar fondos, por ejemplo).
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No debemos olvidar que la persona que hace un regalo también debe ser comprensiva, y debe entender que puede ser que el regalo no guste y el destinatario opte por cambiarlo o tenerlo recogido. No debe enfadarse por ello o tomarlo a mal.