El lenguaje de las corbatas... dicen mucho del que las lleva. Corbata y personalidad

Quien quiera ir a la segura, optará por lo clásico. Y nada más clásico que el diseño a rayas

 

Corbata. Corbata de punto burdeos. gentlemenwear

La corbata y la personalidad

El lenguaje de la corbata

La corbata puede revelar varias cosas acerca de quien la usa. Los colores fuertes y alegres denotan, por ejemplo, una personalidad extrovertida o, en el peor de los casos, una dudosa compresión de los dictados de la moda. Algo similar puede decirse de aquellos que optan por adornar sus cuellos con estampados llamativos o lunares de diversos diámetros. Quien quiera ir a la segura, optará por lo clásico. Y nada más clásico que el diseño a rayas.

Corbata. Corbata Escolar. protocolo.org

De acuerdo con el Instituto Alemán de la Corbata (¡sí, existe!) el 80 % de las corbatas usadas en el país son listadas. Y esas listas suelen ir, en diagonal, de abajo hacia arriba. El detalle es relevante, porque no en todo el mundo tienen esa dirección. No. En Estados Unidos, discurren igualmente en diagonal, pero de arriba hacia abajo. ¿Expresión de otra forma de ver la vida, quizá desde el pedestal que confiere la calidad de superpotencia? ¿Complejo de superioridad, quizás? ¿O un sutil vestigio de inconfesable derrotismo?

Los estudiosos de las ciencias sociales, por lo visto, no han querido abordar esta compleja temática. Pero, desde ya, podría aventurarse una hipótesis: las rayas van en sentido inverso a los gráficos económicos del último tiempo. Claro está que remontando la mirada más atrás se desmorona la teoría, porque también en las épocas germanas de bonanza las rayas de las corbatas alemanas seguían esa línea ascendente.

La razón es, en realidad, mucho más prosaica. Para dar con ella hay que repasar brevemente la historia de la corbata. La prenda en cuestión tiene su origen en las corbatas que usaban los regimientos ingleses en el siglo XIX. Tan bien lucían los militares encorbatados que también el resto de la población quiso emularlos. Como Gran Bretaña se convirtió en el epicentro de la moda textil, gracias a la lana y la seda que les proporcionaban sus colonias, el accesorio se adoptó en el resto de Europa. Y también en ultramar.

El diseño a rayas oblicuas se impuso por razones prácticas. "En algún momento, alguien descubrió que las corbatas conservaban mejor su forma si la pieza se cortaba al sesgo ", explica el asesor de vestuario Bernhard Roetzel, experto en este accesorio masculino. Pero ¿qué pasó en Estados Unidos? "La leyenda cuenta que allí alguien puso el género al revés a la hora de cortarlo", relata Roetzel, aunque aclara que nadie lo sabe a ciencia cierta. Lo que sí es un hecho es que, al menos en lo que respecta al diseño, estadounidenses y alemanes no ven el mundo desde la misma perspectiva.