La puntualidad en Alemania

La puntualidad es importante por el gran valor que tiene el tiempo para todo el mundo, tanto en el plano personal como el ámbito profesional

 

Reloj. Reloj exterior. Richard Cocks

Alemania: cómo ser puntuales

Tanto en la esfera social como en el ámbito laboral o empresarial la puntualidad debe ser una constante en nuestras vidas. Ser puntual dice mucho de la educación de una persona. La puntualidad nos puede dar algunas pistas sobre la persona. Los puntuales suelen ser personas serias, ordenadas y educadas, entre otras características.

¿Llegar tarde o llegar demasiado pronto?

Si vemos que vamos a llegar tarde, más de diez o quince minutos de la hora prevista, es adecuado llamar para que los anfitriones obren en consecuencia.

Si la puntualidad es una regla básica de educación, también lo es no llegar demasiado pronto, sobre todo en el ámbito social. Si llegamos demasiado pronto, es bueno "hacer tiempo", tomando algo en un café cercano o paseando hasta que llegue la hora. Si llegamos muy pronto, cabe la posibilidad de encontrarnos a los anfitriones haciendo los últimos preparativos o bien vistiéndose para la ocasión. En el ámbito empresarial no es tanto problema llegar con algo de antelación -e incluso es recomendable-, porque nos harán pasar a una sala de espera, o dependencia similar hasta que llegue la hora de la cita o reunión.

Controlar los imprevistos

Si surge cualquier inconveniente que nos impida acudir a una cita o a una reunión debemos comunicarlo lo antes posible para minimizar, en la medida de lo posible, los cambios o anulaciones que tengan que hacer los anfitriones u organizadores de ese encuentro.

Si llegamos tarde hay que pedir perdón a los presentes, sin dar más explicaciones. Si las queremos dar, lo podemos hacer al terminar y solo a los anfitriones u organizadores.

Cuando no conocemos bien el lugar o no somos de esa ciudad o país, debemos obtener toda la información que podamos sobre cómo llegar a esa dirección para calcular lo que podemos tardar en el recorrido desde nuestro punto de origen. No vale como excusa el ser de fuera, aunque pueda parecer lo contrario. Una persona previsora no puede utilizar una excusa tan poco válida -y menos aún con la tecnología que tenemos actualmente a nuestra disposición-.

El tan nombrado 'tiempo de cortesía' solo debería usarse para casos muy puntuales y situaciones excepcionales. No deja de ser una 'falta de respeto' para los puntuales.