Consejos de etiqueta para dar una buena imagen ante los demás. Causar una buena impresión

Ver a una persona por primera vez supone hacerse una idea, en un primer momento, simplemente por su aspecto exterior

 

Consejos para dar una buena imagen personal. Un hombre elige una camisa para su vestuario protocolo.org - FP Pro

Cómo causar una buena primera impresión cuando conocemos a alguien por primera vez

Consejos de comportamiento, etiqueta y cortesía para causar una buena impresión

Causar una buena primera impresión es importante tanto a nivel social como en el ámbito laboral o profesional. Decenas de estudios confirman que nos formamos una imagen 'general' de otra persona en los primeros 15-20 segundos cuando la vemos por primera vez. 

Esta primera percepción, aunque no lo creamos, condiciona de forma muy importante la 'opinión' que nos hemos formado de esa persona. Por mucho que nos lo digamos a nosotros mismos que no juzgamos a las personas por su aspecto, tenemos ideas preestablecidas o patrones socialmente extendidos que nos hacen formarnos esa imagen que luego, seguramente, cambiaremos -para bien o para mal- al conocer a esa persona con más profundidad.

El aspecto exterior, algo más que lucir un buen vestuario

Uno de los principales errores que solemos cometer es preocuparnos únicamente por nuestro vestuario. ¿Qué me pongo? Pensamos que el exterior solo lo conforma el vestuario, y eso es un gran error. Además de nuestros modales y movimientos, el aseo personal y el cuidado general es tan importante o más que el propio vestuario. Tener el cabello bien arreglado, estar limpios y aseados, las uñas cuidadas, la boca y los dientes en buen estado, etcétera, etcétera, es fundamental para nuestra imagen en su conjunto.

Mucho cuidado con los perfumes o los productos de higiene que utilizamos. No deben dejarnos en la piel, el cabello, etcétera, un olor que puede resultar demasiado invasivo para los demás. Hay personas que son muy sensibles a los olores -incluso alérgicas-.

Ofrecer una sonrisa siempre es positivo

Saludar, no solo consiste en dar la mano, un beso o un abrazo. Hay que hacer este saludo con una sonrisa en los labios. La sonrisa abre muchas puertas y genera actitudes positivas en la otra persona.

Cuidado con ciertas posturas o gestos que hablan por nosotros

Estar con las manos en los bolsillos, apoyado con la espalda en una pared o un mueble, repantingado en un sofá, mascando un chicle, etcétera, no es la forma más adecuada para que las otras personas tengan una buena imagen de nosotros. Por supuesto, que cuando se hacen las presentaciones nada de manos en los bolsillos, gafas de sol puestas, mascando chicle o comiendo algo, fumando, etcétera.

La mirada es importante para generar confianza

Los ojos pueden decir muchas cosas sin palabras. La mirada, también. Las personas que esquivan las miradas o que miran al suelo pueden generar desconfianza. Aunque se haga por pura timidez. Es mejor mantener la mirada, aunque solo sea unos segundos. Si bien es cierto, que debemos aprender a diferenciar entre mantener una mirada -mirar a los ojos- y mirar fijamente a una persona. Puede resultar muy intimidatorio, mirar fijamente. Tampoco son apropiadas, ese tipo de miradas que nos escanean de arriba a abajo. El primer contacto visual no debe pasar del cuello para abajo.

Escuchemos tanto como sea posible

A las personas cuando se las escucha se sienten valoradas. Por muchas cosas que tengamos que decir, es mejor esperar. Incluso, aunque se hable de temas que nos incomoden. Ya tendremos tiempo de dar nuestra opinión. Si la otra persona está bien educada, seguramente no tratará temas que puedan ser 'polémicos' o comprometidos: política, salud, dinero, algunos deportes, etcétera.

El teléfono móvil-celular no existe

Sería un gran error contestar, hacer una llamada o mirar algún mensaje delante de alguien que acabamos de conocer. Salvo que sea algo de extrema urgencia, el teléfono móvil-celular para nosotros no existe en esos momentos.

Resumiendo, además de mantener la compostura, hay que demostrar una buena educación y desplegar todo el encanto que podamos para que nuestra imagen brille con luz propia.