Aportaciones a la historia social del lenguaje. Los manuales de cortesí­a en la España contemporánea (1875-1975)

La historia social del lenguaje aspira a dar cuenta de todas las manifestaciones ordinarias de la cotidianidad lingüística

Departamento de Linguística General, Universidad de Almeria

 

Manuales de cortesía. Los manuales de cortesí­a en la España contemporánea (1875-1975). Libros a la venta foto base freddie marriage - Unsplash

Los manuales de cortesí­a en la España contemporánea (1875-1975)

Title: Contributions to the social history of language. Handbooks of politeness in contemporary Spain (1875-1975).

Abstract

All societies, regardless time and context, have specialised the use of their verbal repertoire according to certain communicative situations, characterised by showing degrees of formality. Hence, a particular domain such as verbal politeness, is established and given a careful attention by educational institutions, in charge of transmitting it. Such transmission is socially selective, so a marked use of verbal politeness, as a sociolinguistically discriminating index, is made as possible.

As a result, verbal politeness patterns not only depend upon the ideology of each society at a given historical moment, but they are also a way of contributing to the shaping and development of the prevailing ideological hegemony. We present here the case of Spain from 1875 to 1975 and we follow for its analysis the directions given by the social history of language.

Key words: verbal politeness, ideology, social history of language, Spanish.

Resumo

Tódalas sociedades, en calquera tempo e contexto, especializaron o uso de parte do seu repertorio verbal para determinadas situacións comunicativas, caracterizadas por mostraren diferentes graos de formalidade. Configúrase así un dominio, o da cortesía verbal, ó que se lle presta unha atención coidadosa desde as institucións educativas, encargadas da súa transmisión. Esa transmisión é socialmente selectiva, o que fai posible o uso marcado da cortesía como un indicio sociolingüisticamente discriminador. En consecuencia, as pautas de cortesía verbal non só dependen da ideoloxía de cada sociedade nun momento histórico determinado senón que tamén constitúen un xeito de contribuír á configuración e desenvolvemento da ideoloxía hexemómica dominante en cada época. Aquí presentaremos un caso, o da España de 1875 a 1975, seguindo para a súa análise as orientacións dadas desde a historia social da linguaxe.

Palabras clave: cortesía verbal, ideoloxía, historia social da linguaxe, castelán.

1. La historia social del lenguaje. Sus retos teóricos y descriptivos desde una perspectiva sociolingüística

Con el rótulo de historia social del lenguaje lleva poco más de una década circulando, de forma sistemática y explícita (nota 1), una línea de investigación que, originaria de los paradigmas historiográficos desarrollados a partir de los años 70, a mi juicio tiene una neta transcendencia interdisciplinar. Tal y como la formula P. Burke (1993), su principal mentor, la historia social del lenguaje aspira a dar cuenta de todas las manifestaciones ordinarias de la cotidianidad lingüística.

Por ahí desfilarán cuestiones como el valor simbólico de la regulación social de la producción verbal y del silencio, las pautas de elegancia lingüística acuñadas por cada comunidad, los usos reservados para la escritura, los parámetros de cortesía lingüística, las formas de tratamiento en tanto que exponentes de organización jerárquica de las sociedades o, entre muchas otras, la ideología subyacente a la selección de una determinada variedad como modelo de prestigio de una lengua.

Dado que las lenguas son los vehículos por antonomasia de la comunicación social, y dado que la articulación última de las propias sociedades descansa en la capacidad que tienen sus miembros para intercomunicarse, los historiadores están convencidos de que a través del análisis de cuestiones como las antes mencionadas accederemos a una de las retículas nucleares de la historia interna y, en consecuencia, se está reconstruyendo la vida cotidiana de sociedades pretéritas.

La conexión con la lingüística en sentido amplio, y con la sociolingüística en particular, es más que inmediata, no sólo por la evidente concomitancia registrada en buena parte de la problemática abordada por unos y otros científicos sociales, sino por los estrechos vínculos epistemológicos puestos de manifiesto en la misma formulación del modelo teórico desde el que todos ellos operan.

Algunas de las cuestiones planteadas hace tan sólo un instante forman parte del catálogo de preocupaciones al que ha hecho frente la tradición sociolingüística desde su moderna reformulación a partir de los años 60. La transcripción de relaciones de poder y solidaridad a través de formas pronominales de tratamiento lleva décadas escribiendo, páginas brillantes en la sociolingüística interaccional.

(Nota 1: Lo que no quiere decir que carezca de un listado medianamente fornido de antecedentes, por lo demás en todo momento puesto de manifiesto por los propios historiadores del lenguaje. Para una revisión de los mismos desde intereses sociolingüísticos, cfr. Mateo García (2001)).

Otro tanto podría argumentarse para las líneas de tensión que, dentro de un bloque histórico concreto en la acepción gramsciana del término, explican la ascensión y hegemonía de un modelo normativo de lengua, claramente implicada en el análisis de los parámetros evolutivos de la política lingüística. Los clasiquísimos ejemplos sociolingüísticos sobre la expansión funcional del francés a partir de la Revolución de 1789, la conformación del italiano nacional o la elaboración del nynorsk como indicio de nacionalidad noruega, aportarían otros tantos ejemplos al respecto que, en todo caso, no agotarían una nómina, de nuevo, susceptible de franca ampliación.

Pero, como señalaba, quizá lo que más llame la atención sean los estrechos vínculos teóricos, cuando no dependencias, que la historia social del lenguaje mantiene con la sociolingüística. Tanto es así que para la formulación de su modelo Burke recurre con asiduidad -y hasta entusiasmo- a gran parte de la sociolingüística reciente, y más en concreto a la etnografía del habla, sin ignorar tampoco lo más descollante del variacionismo, la sociología del lenguaje y las corrientes europeas. Así pues, la formulación de la actividad lingüística como diagnóstico de la vida de las sociedades se realiza desde la historia, pero a partir de argumentos y fuentes sociolingüísticas.

Tampoco es la primera vez que formulo mi convicción de que esa hipótesis metodológica y epistémica que plantea Burke tiene, precisamente por su neto tinte interdisciplinar, una doble lectura: una, la más inmediata, histórica; otra, complementaria de la anterior, más lingüística, y en concreto más sociolingüística, habida cuenta de que proporciona informaciones de extraordinario valor también para los estudios que indagan en la interrelación que mantienen lengua y sociedad.

De una parte está en condiciones óptimas de contribuir a la historia social de las lenguas, a poco que concibamos esta desde parámetros mínimamente dinámicos y dialécticos (nota 2), lo que no deja de ser una evidencia inmediata que deberíamos asumir dentro de una taxonomía mínimamente actualizada y flexible de la sociolingüística actual (García Marcos, 1999a).

De otra, puede encontrar proyección también franca en una historia de la lingüística que admita aunque sea un leve resquicio externalista, ya que permitirá realizar aproximaciones más que fundadas al rol social desempeñado por las cuestiones lingüísticas en los contextos de los que en un momento dado haya surgido la preocupación lingüística formal.

(Nota 2: Esto es, siempre que no reduzcamos la historia social de las lenguas a la quimera difícilmente resoluble del probabilismo variacionista en diacronía. Con independencia de que se resuelva esta o no, y por supuesto, del indudable interés intrínseco de estas investigaciones a pesar de sus dificultades metodológicas, tan sólo quiero subrayar que no es la única manera de profundizar en la historia de las lenguas desde planteamientos sociolingüísticos, coexistiendo con otros estudios más vinculados a la sociología del lenguaje, la etnografía del habla o los modelos integrales europeos. Sobre ello cfr. García Marcos, 1999b.).