Joyas de imitación, o simple bisutería.
Abre sus puertas la escuela de buenos modales de Telencico.
" Joyas de la corona " así se llama un programa de Telecinco que trata de "educar" a un grupo de " distinguidos jóvenes " elegidos entre una gran cantidad de aspirantes a un puesto en la selecta escuela de protocolo y buenos modales del programa.
Solo puedo decir que tuve que hacer un verdadero esfuerzo para no aventurarme al abismo del "zapping", apenas habían pasado unos minutos desde el comienzo del programa. ¡Qué espectáculo más triste! Más que un programa me pareció una comedia, un vodevil.
Los profesores comenzaron disfrazados de criados, doncellas, etc., eso ya dice mucho para empezar. Luego criticaron duramente su vestuario, otro profesor recitó una poesía de San Juan de la Cruz, Doña Bárbara actuando cual señorita Rottenmeyer ... todo un espectáculo este elenco de profesores que vende su presunta "alta cultura" y sus buenas maneras por un puñado de euros, prestándose al juego que la cadena Telecinco sabe jugar muy bien, el de la zafiedad y el mal gusto.
Un programa como las "Joyas de la corona" solo hace que perpetuar la creencia general que la buena educación y las buenas maneras son solo cosa de ricos, de gente pudiente. Si eres de barrio, te puedes dar por perdido. No hay remedio. La bandera del saber estar la llevan un grupo de bien pagados institutrices, que miran por encima del hombro a sus propios clientes, y a todas aquellas personas que no visten como ellos, actúan como ellos, piensan como ellos, o lo que es peor, no son ellos, abanderados del pasado, horteras y cretinos.
Es lamentable la idea generalizada de que los jóvenes de ahora son peores, peor educados, con peores valores. Claro que hay maleducados, pero también hay muchos hombres y mujeres de mediana y avanzada edad muy maleducados. Hay maleducados en todas partes, de todos los colores, edades y tamaños. La edad no es un pasaporte para la buena educación.
Estos aprendices de "Pigmalión" van a verse sometidos al escarnio, no solo de sus profesores, sino de un público que se presta a criticar comportamientos que, seguramente, todos hemos visto, e incluso tenido en algún momento de nuestra vida. El programa, estoy casi seguro, que aprovechará cualquier gesto, palabra o ademán para aumentarlo, ridicudizarlo y hacer que suba su audiencia. ¡Qué buena manera de educar a estos jóvenes!
Mi querida, y antaño admirada, Carmen Lomana, como directora de la academia, solo puedo descargar en ti toda mi decepción, y llamarte desde este mismo momento, Carmen Lo Mala, por lo mala que eres dirigiendo esta "escuela de buenos modales", por lo mala que eres no llamando la atención de los profesores que tienes a tu cargo cuando, pues con todo su saber estar, se mofan de los chicos con sus comentarios. Y por lo mala que eres "disimulando" lo fatal, fatal, fatal, que llevas la vulgaridad de estos muchachos. Una recomendación: deberías visitar a tu médico por si la vulgaridad de estos chicos es contagiosa o te sale una urticaria por estar al lado de ellos.
Visto lo visto, lo mejor es apagar la televisión, o cambiar de cadena, para que estas joyas, lo digo por los profesores, no nos contagien una terrible gripe B, de buenos modales.